Los funcionarios municipales boicotearon anoche el primer acto oficial de Semana Santa para protestar contra el Gobierno local por no cumplir el Acuerdo de Condiciones Laborales que contempla incrementos en los salarios.

Los empleados del ayuntamiento cumplieron la amenza de reventar el tradicional acto que se remonta al siglo XVI, en el que tras celebrar sus cabildos, las cofradías recogen el cheque de la subvención municipal.

Ana Belén Castejón fue recibida en el balcon del ayuntamiento con pitos y sirenas durante su discurso y la tradicional frase de "Música y a la calle".

Los participantes se colocaron de espalda a la fachada del Palacio Consistorial donde tenía lugar el acto y no permitieron que pudiera escucharse su intervención.

Los funcionarios también acompañaron a las autoridades con una sonora pitada durante el inicio del cortejo que termina en la Basílica de la Caridad.

La protesta causó un gran malestar entre cofradías y procesionistas al entender que no era el momento de realizar una protesta política.

Los procesionistas congragados lamentaron que el conflicto laboral se haya extendido a una de las tradiciones más importantes de la Semana Santa cartagenera. Pedro María Ferrández opina que fue la Semana Santa y los procesionistas los que salieron realmente perjudicados de la protesta. 

Los cuatro sindicatos de los funcionarios aseguran que llevan dos meses esperando que la primera autoridad municipal sea la que se siente en la mesa de negociación en vez de la concejal de Hacienda.

El portavoz de la mesa de negociación, Juan Jesús Moreno de UGT, recordó que aún no se ha firmado el Convenio Colectivo de los trabajadores municipales.

Aseguran que continuarán con las movilizaciones hasta que no se solucione un problema del que llevan intentando negociar desde principios de año.

Desde el ayuntamiento mantienen que son los funcionarios los que rompieron la mesa de negociación donde se pretendía encontar la mejor solución al conflicto laboral.