Jordi Juste y el Odilo Cartagena: el adiós a un ciclo inolvidable que hizo historia en el baloncesto local

Dos años. Infinitas emociones.  Así se resume el ciclo de Jordi Juste al frente del Odilo FC Cartagena. Hoy llega a su fin, una etapa que quedará grabada como uno de los capítulos más bonitos e históricos del deporte cartagenero. No se trata de una despedida cualquiera. Es el cierre de un ciclo tan brillante como inolvidable.

El club anunciaba este martes su salida. "Desde el Odilo F.C. Cartagena C.B. queremos comunicar oficialmente la marcha de Jordi Juste como entrenador del primer equipo, tras dos temporadas llenas de éxito".

El comunicado explicaba que "Jordi llegó a Cartagena en un momento clave para el club, Bajo su dirección el equipo ha vivido una de las etapas más brillantes de la historia del club, consolidando un estilo de juego reconocible, una mentalidad competitiva y unos resultados que ya forman parte de la historia del deporte de Cartagena".

También explican que han intentando retenerle, pero el técnico desea emprender otra aventura y le desean lo mejor.

EL viaje: de soñar con crecer… a rozar el cielo

Cuando Juste llegó al banquillo del Odilo en 2022, el equipo se encontraba en una etapa de consolidación en LEB Plata, pero con ambiciones claras. En su primer año, alcanzó la final de la Copa LEB Plata, un aviso de lo que estaba por venir. Lo mejor, sin embargo, aún estaba por escribirse.

Poco después, el equipo logró el ansiado ascenso a LEB Oro, dejando claro que este proyecto no solo tenía futuro, sino también presente. Y en su debut en la categoría de oro del baloncesto FEB, el objetivo era claro: la permanencia. Pero lo que logró fue mucho más que eso.

Con un juego tan eficaz como espectacular, el equipo no solo se mantuvo, sino que firmó una temporada histórica, finalizando séptimos en la clasificación, disputando una nueva Final a Cuatro de Copa y llevando al límite, en un épico quinto partido, a uno de los grandes favoritos en el playoff de ascenso a ACB, que hace unos días consumaba ese ascenso.

Si algo ha definido el paso de Jordi Juste por Cartagena ha sido su capacidad para hacer crecer al equipo sin estancarse nunca. Temporada tras temporada, partido tras partido, el equipo evolucionó, sacando la mejor versión de cada jugador, tanto en los buenos como en los momentos más exigentes.

Su filosofía, su manera de entender el juego y su liderazgo han calado en una plantilla que ha sabido combinar talento, carácter y compromiso. Cada jugada, cada rotación, cada tiempo muerto… transmitía un plan, una idea. Una identidad.

Pero quizá, por encima de los logros deportivos o las estadísticas, el legado más valioso de Jordi Juste ha sido el de devolverle la ilusión al baloncesto cartagenero. El Palacio volvió a llenarse. La ciudad volvió a vibrar con cada mate, cada triple, cada defensa épica. El baloncesto volvió a ser una fiesta. Y eso no se olvida. 

Se va un entrenador. Se queda una historia. Una historia de crecimiento continuo, de valentía, de esfuerzo y de amor por el baloncesto. Ahora el Odilo Cartagena debe reinventarse y contar el apoyo de su gente, porque le listón está alto, pero la ilusión también.