Euskadi es la comunidad con mayor porcentaje de alumnos en la red concertada de enseñanza, donde estudian la mitad de los no universitarios, y estos centros observan con preocupación el nuevo tratamiento que les da la Ley Celáa. Buena parte, cerca de 130, se aglutinan en Kristau Eskola (Asociación de colegios religiosos), que de momento no quiere pronunciarse, pero en COPE hemos hablado con Dario Nassile, director de una de sus escuelas, la de Niño Jesús, en Vitoria, y cuenta que la eliminación de la “demanda social”, es decir, el incremento de plazas que ahora sólo reserva la Lomloe para la pública, aunque haya una demanda creciente de familias en la concertada, “dificulta” su labor y “discrimina”.

“La ley Celáa se inventa un derecho a la educación pública cuando el único derecho existente es a la educación”, denuncia al mismo que tiempo que muestra su preocupación por la imagen que esta octava reforma educativa ofrece de la enseñanza concertada. “Somos centros que educamos en valores, inclusivos, con educación especial y que no segregamos”, defiende Nassile.

Mensaje tranquilizador

El PNV, que siempre ha apoyado a la concertada, asegura que poco va a cambiar en esta red en Euskadi con la Lomloe, que además prohíbe el pago de cuotas a través de fundaciones o extraescolares. El partido nacionalista se vuelca en destacar varios aspectos con los que justifica su apoyo a la ley como son el hecho de que ahora cada autonomía podrá decidir qué peso tiene el castellano, establecer el 50% del currículum y tener un sistema propio de becas.

El consejero vasco de educación Jokin Bildarratza manda un mensaje tranquilizador a las familias: "Entendemos que sobre la base de la ley aprobada puede darse cabida a los padres para respetar su elección".

Otros cambios que recoge la ley son que la asignatura de religión no cuenta para nota, que la educación especial se impartirá en cada centro ordinario, como ya ocurre en Euskadi, y que repetir curso será algo excepcional.