Una irundarra entre los cinco finalistas del ‘Desafío Santa Lucía Senior’ en el Ártico
Esther Aristieta, de 67 años, vivirá una aventura extrema en el archipiélago de Svalbard como parte de un reto que rompe estereotipos sobre el envejecimiento

Descubre cómo la edad no es incompatible con nada
Vitoria - Publicado el - Actualizado
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La irundarra Esther Aristieta es una de las cinco personas seleccionadas —entre más de 220 aspirantes— para participar en la segunda edición del Desafío Santa Lucía Senior, un reto de superación y aventura en el Ártico dirigido a mayores de 65 años. La expedición partirá hacia el archipiélago de Svalbard, al norte de Noruega, el próximo 23 de agosto. “La edad por sí misma no define nuestras capacidades”, reivindica Esther, apasionada del deporte desde siempre, en COPE Euskadi.
De Instagram al Ártico
El viaje de Esther hasta convertirse en finalista comenzó casi por casualidad: “Me saltó el anuncio en Instagram y pensé: esto es para mí”. La primera edición del desafío se había celebrado en Perú y buscaba personas mayores activas y con espíritu aventurero. Esther cumplía los requisitos: “Rellené el cuestionario, me llamaron para una entrevista y luego fuimos seleccionadas 14 personas para unas pruebas en barco en Alicante. De ahí quedamos cinco”.
El objetivo del proyecto, promovido por la aseguradora Santa Lucía, es promover un envejecimiento activo, visibilizar el potencial de las personas mayores y romper con los prejuicios que las rodean. “No me identifico con los estereotipos negativos de la vejez. Las personas mayores tenemos mucho que ofrecer”, afirma con convicción.

Esther lleva años practicando la navegación
Una expedición en tierras remotas
El destino no es cualquiera: Svalbard, un remoto archipiélago del Ártico donde, como recuerda Esther, “hay más osos que personas”. El grupo embarcará en Longyearbyen, la única población de la zona, y recorrerá glaciares y fiordos en barco y kayak. También realizarán una travesía a pie por la tundra.
Las condiciones no serán fáciles: “Nos han dicho que la sensación térmica puede estar entre -5 y -11 grados. Pero como se dice, no hay mal tiempo, sino mala equipación. Y vamos bien preparados”, asegura.
Entrenamiento exigente antes del reto
Desde que fue seleccionada, Esther sigue un plan de entrenamiento específico: “Yo ya hacía piragua y trekking, pero ahora es todo más ordenado. También ejercicios de fuerza para resistir mejor las bajas temperaturas”.
“Lo más importante es el mensaje: la edad no es un límite, es una oportunidad. Podemos seguir soñando, aprendiendo y viviendo aventuras a cualquier edad”

Ester intensificará los entrenamientos días antes del viaje
Además, la semana previa al viaje realizará 20 horas adicionales de navegación. El equipo parte el 23 de agosto desde Madrid hacia Oslo, y regresará el 9 de septiembre tras completar la expedición.
Más allá del deporte: un mensaje de vida
El reto va mucho más allá de lo físico. Según Esther, “lo más importante es el mensaje: la edad no es un límite, es una oportunidad. Podemos seguir soñando, aprendiendo y viviendo aventuras a cualquier edad”.



