Aficionados del Deportivo Alavés y el Athletic Club fueron los protagonistas en los prolegómenos de un partido que se convirtió en la fiesta del fútbol vasco en un colorido y repleto Mendizorroza.

Hermanamiento, compañerismo y bromas entre el bando albiazul y el rojiblanco fueron los ingredientes en los momentos previos al duelo en los aledaños del coliseo del Glorioso, que ha tenido más color rojiblanco, con un gran número de aficionados bilbaínos que se han dado cita en este derbi.

Los seguidores de las dos escuadras se dispusieron en las gradas antes de lo habitual en un tarde soleada de febrero y con una temperatura agradable que acompañó a la fiesta que montó la peña local Iraultza 1921, con animación desde 30 minutos antes del inicio del choque.