La tradicional Batalla del Vino de Haro (La Rioja), declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, se ha suspendido por segundo año consecutivo por "responsabilidad", debido a la situación epidemiológica generada por la covid-19.

El Ayuntamiento de Haro, en una nota, ha comunicado oficialmente este miércoles la suspensión de las fiestas en honor a San Juan, San Felices y San Pedro 2021, que se celebran a finales de junio e incluyen la Batalla del Vino.

La situación epidemiológica actual y el ritmo de vacunación son algunos aspectos que desaconsejan celebrar estas fiestas, ya que "la prioridad debe de ser preservar la salud de todos".

La concejala de Fiestas de Haro, Ana Domínguez, ha explicado que, "aunque es difícil suspender actos tan queridos por todos los jarreros como la Batalla del Vino por segundo año consecutivo", aún no se está en el momento de celebrarlos y "todos los datos desaconsejan celebrar actos tan multitudinarios".

Por su parte, la alcaldesa jarrera, Laura Rivado, ha apuntado que algunos indicadores han mejorado y las cifras de contagio en esta ciudad de La Rioja Alta en las últimas semanas son "buenas", pero hay que mantenerse "firmes" en la lucha contra el coronavirus. "Todavía queda mucho trabajo por hacer hasta llegar a la inmunidad de rebaño y derrotar al virus", ha añadido, por lo que este y otros motivos han influido en la decisión "clara y firme" del Ayuntamiento de suspender las fiestas.

El Consistorio de Haro se ha reunido este miércoles con el Comité de Festejos para hacerles participes de los motivos que justifican una noticia de este calado para toda la ciudad. La decisión de suspender las Fiestas de San Juan, San Felices y San Pedro 2021 se ha aprobado por unanimidad de los asistentes a la reunión.

En la Batalla del Vino de 2019, unos70.000 litros de vino fueron arrojados por parte de los más de 12.000 participantes, quienes utilizaron todo tipo de "armas", como botas, pistolas de agua, cubos y sulfatadoras.

Esta batalla tiene su origen a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando algunos grupos de amigos subían el día de San Pedro a los ricos de Bilibio a almorzar y, un día, en broma, empezaron a tirarse vino con las botas, lo que se convirtió en una tradición cada año. Esta fiesta se remonta a los pleitos entre Haro y la localidad vecina burgalesa de Miranda de Ebro por la posesión de los riscos de Bilibio. Una sentencia del Reino de Castilla señalaba que la ciudad jarrera tenía que reivindicarlos cada 29 de junio, festividad de San Pedro, ya que, de no hacerlo, pertenecerían a Miranda de Ebro. Ese es el motivo por que cada año, en esa fecha, se coloca el pendón de Haro en los riscos de Bilibio para dejar claro que pertenecen a esta ciudad riojana.