La pandemia ha cambiado nuestro día a día pero en casa de Kike ‘El Príncipe Valiente’ las medidas son más restrictivas y la burbuja de aislamiento mucho más pequeña. A su casa ni siquiera ha llegado el desconfinamiento.

Su casa en Albelda (La Rioja) siempre ha sido su fortaleza. Kike siempre ha estado en una especie de burbuja, de cuidados, de mucho mimo y protección pero la pandemia ha reducido esa burbuja y ha exigido un mayor retiro. ‘El Príncipe Valiente’ continúa su día a día, ajeno al coronavirus gracias al cuidado de su familia. Natalia, su madre, nos ha contado cómo están siendo estos meses.

Kike padece una enfermedad degenerativa llamada Atrofia Muscular Espinal tipo 2 pero desde su diagnóstico lucha como un 'guerrero' así que sabe muy bien que las 'batallas' se ganan día a día. Para él son muy importantes las terapias y tratamientos con los que ha conseguido mantenerse estable y sonreír con la sonrisa más bonita del mundo. Su mirada lo dice, su lucha merece la pena.

Como consecuencia de la pandemia, Kike no recibe el apoyo de su fisio ni del logopeda, mantiene la ayuda a domicilio y su tratamiento se ha trasladado de Barcelona a Logroño para evitar riesgos.

"Nuestra vida ha cambiado bastante, no somos los únicos, a todos nos ha cambiado... En lo que se refiere a las relaciones sociales, nosotros seguimos bastante solitarios", explica la mamá de Kike, con un tono de normalidad y sosiego que transmite mucho más de lo que dice.

"Nuestro confinamiento es parecido al de marzo, un poco más relajado, pero con nuestra burbuja que es pequeñita, ése es el secreto".

“No podemos jugar a relajarnos”, nos cuenta Natalia. Silencios de una madre que lo dicen todo.

Natalia nos explica que "cuanto más abramos la burbuja, más fácil es que pudiera entrar aquí". En septiembre Kike estuvo ingresado por un virus muy común, en ese momento la familia decidió que había que continuar con su aislamiento. Natalia confiesa que durante esos días recordaron lo que pueda suponer un virus en la salud de su hijo.

Kike sigue sus clases desde casa, su hermano Shanti, su hermano pequeño, tampoco va al cole gracias a un programa implantado desde Educación.

"No nos cuestionamos si estamos perdiendo el salir de casa, el estar con gente... sabemos que va para largo, lo importante es mantenerse a salvo hasta que pase, que pasará, como tantas otras cosa en la vida". "Yo disfruto mucho de ellos, estoy contenta porque sé que están a salvo, es lo que toca", confiesa Natalia.

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Ellos van "día a día", sabiendo que la pandemia solo ha sido un obstáculo más, que sortearán con sacrificio, como siempre.