Tras un mes de confinamiento perimetral por municipios y el cierre de todos las actividades no esenciales, La Rioja ha recuperado este lunes una normalidad marcada por las medidas establecidas en el "semáforo covid", que fija niveles en función de los indicadores sanitarios y asistenciales.

El "semáforo" ha arrancado en nivel 4, dentro de los seis fijados por el Gobierno riojano, de modo que ya se permiten desplazamientos entre localidades, pero sin salir de la comunidad, que sigue confinada; reuniones de hasta seis personas no convivientes y la apertura de comercios y hostelería, con un aforo reducido.

También han recuperado su actividad gimnasios, academias de enseñanza no reglada, centros deportivos, instalaciones culturales, como bibliotecas, teatros y museos; y, en los centros de mayores, los residentes han podido recibir las visitas de sus familiares, prohibidas desde el pasado 16 de enero.

Sin embargo, el día frío y lluvioso no ha invitado a los riojanos a llenar de vida y actividad las calles de sus ciudades, en las que en las primeras horas de este lunes se ha mantenido la estampa gris y casi desierta de las últimas cuatro semanas.

En la hostelería está prohibido el consumo en barra, el aforo interior es del 30 % y en terraza del 75 %, pero solo los locales con espacios cubiertos exteriores han podido aprovecharlos este lunes.

De hecho, según datos de la asociación Hostelería Riojana de la FER, apenas han abierto este lunes la mitad de los establecimientos hosteleros, una cifra que se reduce aún más en el caso de los bares de tapas de las tradicionales zonas Laurel y San Juan, que son locales pequeños sin terrazas ni posibilidad de usar la barra.

El presidente de la asociación Hostelería Riojana, Francisco Martínez-Bergés, ha exigido este lunes "discutir" con el Gobierno regional las medidas incluidas en el semáforo que regula las condiciones de apertura y el aforo, porque cree "inviable" cumplir todos los parámetros hasta dentro de un año.

Las últimas medidas restrictivas para frenar la pandemia de covid-19 en La Rioja han obligado a cerrar a todos los establecimientos de actividades no esenciales durante un mes, desde el pasado 22 de enero hasta este lunes, cuando solo han reabierto la mitad de los hosteleros, ha precisado su representante.

El Gobierno de La Rioja ha establecido un "semáforo" que autoriza determinadas actividades y aforos en función de la situación epidemiológica y otros indicadores, como la presión asistencial, y según los datos actuales, los locales de hostelería y restauración solo pueden funcionar con el 30 % de ocupación interior.

En zonas exteriores el aforo permitido es del 75 %, no se permite el consumo en barra y las mesas deben estar separadas a más de dos metros, con una ocupación máxima de seis personas por mesa, según el nivel 4 del semáforo, que está en vigor.

Sin embargo, el día frío y lluvioso no invita a sentarse en una terraza en Logroño, por lo que muchos locales han tenido poca afluencia de clientes en las primeras horas de reapertura, ha explicado.

A su juicio, habrá que esperar año y medio para llegar al nivel 1 del semáforo covid que permite el aumento de aforos o el consumo en barra, algo que necesitan muchos locales pequeños, como la mayoría de los bares de tapas de las tradicionales zonas Laurel y San Juan.

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El nivel 1 establece una incidencia acumulada de 25 a 50 casos de covid-19 a 14 días por cada 100.000 habitantes, "cuando cualquier año normal sin pandemia había más de 100 casos de gripe y estaba todo abierto", ha añadido.

También ha anunciado que esta tarde se reunirán representantes de su asociación con miembros del Gobierno de La Rioja, a quienes trasladarán sus inquietudes sobre las medidas recogidas en el semáforo.

Martínez-Bergés ha subrayado que los hosteleros quieren trabajar, pero si mantener la salud se impone y hay que cerrar, no se oponen, pero ha exigido que "les paguen y se hagan cargo de todos los gastos que tiene el local".

Ha recalcado que, con todas las medidas restrictivas, el Gobierno de La Rioja les ha "expropiado" su negocio, porque les ha "impedido" trabajar, y ha insistido en que se encuentran "al límite".

Así, después de permanecer un mes cerrados, ha dicho que este lunes se han encontrado al abrir sus establecimientos que han llegado los recibos del Ayuntamiento de agua, basuras y alcantarillado, a los que se suman otros gastos, como impuestos, la Seguridad Social de los empleados, el pago de autónomos o, lo más importante, el alquiler de los locales.

En este sentido, ha precisado que cualquier local un poco grande tiene un gasto solo de alquiler de más de 2.500 euros, y las últimas ayudas económicas del Gobierno riojano ascienden a solo 2.000 por cada negocio, entre los que se incluyen también todos los sectores no esenciales.

Según sus datos, todas las ayudas anunciadas hasta la fecha han llegado solo al 18 por ciento de los solicitantes, por lo que un 82 por ciento no ha recibido nada.

Por otro lado, ha criticado que la página web de la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (ADER) apenas ha funcionado durante la mañana y ha resultado imposible a los gestores solicitar las ayudas económicas del último plan del Gobierno riojano para paliar el cierre del pasado mes.

Esta situación ha provocado "un desconcierto total", porque "no se entiende que se anuncien 12 millones de euros en ayudas y después no se puedan solicitar", lo que supone "un auténtico desbarajuste", porque los gestores han preparado todo durante el pasado fin de semana.

Como han hecho los dos martes pasados, los hosteleros riojanos salen a calle para denunciar de forma simbólica que ellos "pagan los platos rotos" de esta pandemia y se concentrarán en la plaza del Ayuntamiento de Logroño.

Hostelería de la FER advierte de que pedirá la suspensión cautelarísima si se vuelve a cerrar el sector: