Una investigación de la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja) estudia los determinantes genéticos de formas graves de COVID-19 y cómo la genética puede llegar a determinar la gravedad de la infección por el virus en un paciente.
¿Por qué unos individuos de salud delicada pasan el Covid como si se tratase de un mero resfriado y otros, en cambio, a pesar de disfrutar de una salud de hierro, enferman gravemente o incluso acaban muriendo?
Es indudable que existen factores preponderantes, como la edad, la carga viral o las patologías previas, que pueden influuir en el desarrollo de la enfermedad. Pero los científicos añaden otro no menos importante: la genética.
Al desafío de la vacunación masiva, se une también el de conocer mejor el origen del coronavirus, sus variantes y los determinantes genéticos de susceptibilidad. Sistemas públicos de salud, autoridades políticas y universidades de todo el mundo trabajan desde distintos campos para conocer bien la naturaleza del virus, y de este modo defendernos mejor de él.
UNIR, por medio del grupo de Investigación Biomédica y Sanitaria (MEDONLINE) de la Facultad de Salud, está llevando a cabo una investigación sobre la identificación de las variantes genéticas que podrían favorecer que unos individuos con respecto a otros tuvieran un mayor riesgo de desarrollar neumonía y complicaciones graves tras ser infectados por el coronavirus SARS-CoV-2.
El grupo de UNIR fue seleccionado para formar parte del proyecto EASI-Genomics, un consorcio internacional financiado por la Comisión Europea que promueve la investigación y el conocimiento en Genética humana.
El estudio europeo de COVID-19, al que se ha integrado el grupo de la Universidad Internacional de la Rioja, está liderado por el doctor Vicente Soriano (vicedecano de investigación de la Facultad de Salud de UNIR) y participan tres profesionales sanitarios e investigadores y docentes del campus online: la doctora Carmen de Mendoza (Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid); el doctor Manuel Corpas (Universidad de Cambridge) y el también doctor Pablo Barreiro (Hospital Carlos III-La Paz de Madrid)