Tras la alarma surgida en los últimos días por los vertidos contaminantes en la Bahía de Pollença, su alcalde, Tomeu Cifre, ha mandado un mensaje de tranquilidad y ha asegurado que las playas son aptas para el baño.

Cifre ha aclarado que en estos momento existen dos problemas. Una situación puntual de contaminación por vertidos en el club náutico, y del cual se debe encargar Costas. Y por otro lado, un problema endémico, que lleva afectando a la bahía durante años, causado por la falta de corrientes, la subida de las temperaturas o fugas en las canalizaciones.

El alcalde ha asegurado que el ayuntamiento ha encargado al Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) un estudio de la bahía de Pollença "en su totalidad". Cifre ha manifestado que este análisis les proporcionará "una gran cantidad de datos para ver de dónde vienen todos los problemas y qué soluciones se pueden tomar".

Unos problemas que han causado preocupación entre el sector empresarial hotelero, que ve en riesgo el turismo de la zona si la situación se mantiene o empeora. El presidente de los hoteleros de Pollença, Jaume Salas, ha reconocido que hubo turistas que preguntaron en algunos establecimientos por la situación, pero ha explicado que fueron "pocos" y de "poca relevancia".

Salas ha afirmado además que con la bandera negra "se creó una mala imagen" que y algunos tudoperadores se interesaron por la situación. Sin embargo, ha asegurado que no tienen "grandes problemas" con ellos debido a "la confianza" que le ofrecen de que los proyectos "están en marcha" y porque los tudopoeradores, dice el presidente, "saben que les daremos solución".

Además, Cifre han reclamado a Costas que actúe y tome medidas definitivas contra las embarcaciones fondeadas de manera ilegal en la bahía, ya que insiste, son estas embarcaciones las que han causado la destrucción del fondo marino.