Un lugar cardioprotegido, así podemos también definir a la Catedral de Mallorca tras la incorporación de cuatro desfibriladores. La Seu es el monumento más visitado de Baleares, por ella pasan cada año un millón de personas. Ahora se ha convertido en una de las pocas catedrales de España que cuentan con este aparato. El director de seguridad de la Catedral de Malloca, Joan Pastor, asegura que se está formando a todo el personal para que sepa utilizar los desfibriladores y realizar el masaje cardiopulmonar.

Los desfibriladores se han colocado en distintos lugares de la Catedral: en la entrada, en la sacristía, en el Museo Diocesano y en el campanario pensando en las 15 mil personas que subieron el año pasado a las terrazas de La Seu, tanto residentes como turistas. El médico especialista en medicina deportiva Teo Cabanes está formando a los más de 50 empleados del templo. Asegura que cada veinte minutos hay un paro cardíaco en España. El desfibrilador está diseñado para usarse en los cinco o diez primeros minutos tras el ataque. El uso es sencillo: dar al botón para encenderlo, colocar dos parches en el cuerpo del afectado y la máquina da las compresiones al paciente solo si detecta que es necesario, es decir, que en realidad hay parada cardiorrespiratoria. El desfibrilador se encarga de dar todas las órdenes para que el uso sea el correcto. Incluso ofrece las indicaciones a un nivel más alto si hay ruido ambiental para que pueda ser bien escuchadas.