En el año 2014, Palma Aquarium empezó a coordinar las labores de rescate y rehabilitación de animales marinos en Baleares. Lo hacen a través del Centro de recuperación de fauna marina de Palma Aquarium, un servicio gestionado por el COFIB. Allí, atienden los varamientos de las tortugas marinas y los cetáceos que tienen lugar en Mallorca aunque también se coordinan con el resto de las islas.

Un equipo de especialistas velan por el cuidado y la conservación de estos animales. Una de esas personas que lo da todo por las tortugas es la bióloga Gloria Férnandez. Por sus manos han pasado más de 1.000 ejemplares aunque desde que está en el centro ha atendido a cerca de 300 animales. Este año se jubila y reconoce que ha sido un trabajo muy agradecido.

Actualmente, en el centro de rescate tienen 6 tortugas marinas ingresadas: Likus, Mireia, Lomar, Vida, Margarita y Escopinya. Estas, pueden llegar a estar hasta 12 meses ingresadas pero una vez se recuperan, vuelven a su hábitat natural: el mar.

Cuando llega una tortuga al centro, lo primero que hacen es hidratarla, estabilizarla y cuando consideran que ya está suficientemente fuerte para moverla, van al hospital para conocer el diagnóstico. Posteriormente, vuelven al centro y allí pasan todo el proceso de recuperación.

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Una vez se recuperan, las tortugas suben a muscular y posteriormente son liberadas. Precisamente hoy Margarita vuelve al mar.

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El ser humano ha causado directa o indirectamente el daño que estos animales sufren. Si hace años la causa que llevaba a las tortugas al centro era la captura accidental de artes de pesca, con los años, la causa principal se ha convertido en el enmallamiento con basura. Residuos que, irresponsablemente, el ser humano abandona en el mar.