En territorios en fase 2 de la desescalada hacia la llamada 'nueva normalidad', como es el caso de la provincia de Pontevedra, está permitida la apertura de piscinas, con limitación de aforo y bajo cita previa.

A pesar de esa autorización, ninguna piscina municipal de las comarcas de Pontevedra, O Morrazo y O Salnés abrirán de forma inmediata.

De esta forma, ni en Pontevedra las piscinas de Pontemuíños o Campolongo, ni en Sanxenxo la de Baltar, ni la de Fontecarmoa en Vilagarcía ni la de A Raña en Marín tienen todavía fecha concreta de reapertura.

Es más, en el caso de la piscina de Vilagarcía de Arousa, se da la circunstancia de que en julio y agosto tenía previsto hacer obras así que, sin protocolos claros para abrir al público y con la plantilla en un ERTE -Expediente de Regulación Temporal de Empleo-, es probable que el Concello opte por no abrir antes del verano, según han indicado a COPE Pontevedra fuentes municipales.

En el caso de Sanxenxo, el gobierno local ya ha tomado la decisión de no reabrir hasta septiembre para poder realizar una reforma que estaba planificada aunque ahora incluirá medidas de distanciamiento social.

Únicamente, de forma excepcional ya que da servicio a deportistas de alto nivel, mantendrá su funcionamiento el vaso del Centro Galego de Tecnificación Deportiva, en Pontevedra.

PROTOCOLO AUTONÓMICO

Cubriendo una solicitud, deportistas de alto nivel y becados por la Secretaría Xeral para o Deporte de la Xunta han podido volver a utilizar las instalaciones autonómicas desde el lunes 11 de mayo.

De esta forma, la práctica deportiva se realizará de forma individual, sin contacto físico y manteniendo distancias mínimas de dos metros.

Los propios centros realizan un examen médico-deportivo inicial donde se refleja la salud de deportista, buscando la identificación de síntomas o secuelas del virus covid-19.