La Diócesis de Ourense triplicó el apoyo económico y asistencial a las familias ourensanas ante el impacto económico y social derivado de la pandemia de COVID-19. El Obispo de Ourense, Monseñor Leonardo Lemos, presidió esta mañana la presentación de la Memoria Anual de la Diócesis de Ourense durante el año 2020.

“La iglesia estuvo ahí durante la pandemia del COVID-19”. Así lo señalaron en la presentación de la Memoria Anual en la que la actividad asistencial de la Diócesis se incrementó como consecuencia de la crisis que obligó al cierre de negocios e incrementó la precaria situación económica, obligando a familias que nunca antes habían sido demandantes de ayuda a asistir a los centros de Cáritas Parroquial y Diocesana en busca de apoyo. El Obispo de Ourense resaltó la labor de los sacerdotes y voluntarios prestando un servicio desinteresado y cargado de humanidad.

Cerca de 21.000 personas fueron atendidas en el año 2020 y la gente buscaba apoyo económico y también emocional. El comedor social de Cáritas llegó a triplicar el número de comidas de cada día.

El sacerdote durante la pandemia llamaba uno por uno a los feligreses y después, donde detectaba una situación emocional difícil, soledad, fragilidad en tantas personas mayores y solas, seguía llamando día a día. Además hacía la compra para personas que no podían salir de casa ni para ir al supermercado y la dejaba en su puerta. También donaba su sustento a Cáritas y a Misiones para ayudar en países donde la pobreza era mayor.

Un dato de la memoria muestra que 1,5 millones de horas son las que dedican sacerdotes, voluntarios y seglares a distintas labores que, si hubiese que traducirla en una cifra económica, supondría 12 millones de euros.