Los grupos municipales de PSOE, BNG y Riada Cidadá de O Barco de Valdeorras llevarán al pleno municipal una moción conjunta para instar a los gobiernos de la Xunta y del Estado a elaborar un nuevo modelo eólico integral.

Según se recoge en el texto que defenderán en la sesión plenaria que se celebrará mañana, jueves, en el Concello de O Barco, “es importante no repetir los errores cometidos en el pasado, equilibrando la negociación entre las empresas instaladoras y los propietarios, en un proceso transparente que sea una herramienta más para luchar contra la despoblación en el rural”.

MEDIDAS QUE DEBERÍA CONTEMPLAR EL NUEVO PLAN

Para ello, plantean la necesidad de actualizar el Plan Sectorial Eólico que data de 1997 adaptándolo a la realidad del siglo XXI, y proponen que contenga una serie de medidas que abarcan los ámbitos económico, de transparencia y participación, patrimonial y medioambiental, y otro de planificación.

En el económico, solicitan establecer los tipos de gravamen en los máximos permitidos para los impuestos de gestión municipal vinculados con la actividad eólica; establecer un canon eólico y un fondo de compensación ambiental; y establecer la obligatoriedad de que este tipo de instalación lleve aparejado un plan industrial para el territorio afectado, entre otras medidas.

En el ámbito de transparencia y participación, proponen la creación de una base pública de información de los precios alcanzados en las negociaciones entre las partes afectadas en la instalación de un parque eólico; y la creación de una oficina de asesoramiento técnico, administrativo y medioambiental para concellos y comunidades afectadas por procesos de desarrollo de actividad eólica en su territorio.

En el apartado de patrimonio y medioambiente, la moción que se debatirá en el Pleno de mañana, apunta la necesidad de reforzar las garantías patrimoniales y medioambientales de los territorios afectados por la instalación de nuevos parques eólicos, con especial atención a la protección del territorio de la Red Natura y sus futuras extensiones como, en el caso de Trevinca, las iniciadas en 2008 o en 2012; y desplazar todo tipo de infraestructuras, como caminos y conducciones, fuera de la zona de afectación de elementos arqueológicos, como la Mámoa da Moeda.