Cinco años después del accidente del tren Alvia la justicia cierra la instrucción del caso con dos investigados; el conductor del tren, Francisco José Garzón, y el director de Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte. Para el resto de imputados se decreta archivo provisional.

Quedan libres, por lo tanto 3 miembros de la consultora pública Ineco, el exdirector de Seguridad de Renfe, Antonio Lanchares, y el gerente del área de seguridad en la circulación del noroeste, Fernando Rebón.

Al maquinistra se le atribuye una imprudencia grave por el exceso de velocidad a la hora de tomar la curva de A Grandeira, al responsable de la empresa ferroviaria no haber tomado medidas para reducir el riesgo en ese tramo. A ambos se les atribuyen 80 delitos de homicidio por imprudencia y 144 de lesiones.

En el caso de Garzón Amo también se le reprocha la excesiva duración de la conversación telefónica que mantuvo con el interventor- 1 minuto y 42 segundos- que pudo haberlo distraído de sus obligaciones como conductor.

Las partes tienen 10 días para recurrir este cierre de la instrucción y para elaborar sus escritos de acusación. Las asociaciones de víctimas y la defensa del maquinista ya han anunciado su intención de recurrir.

El juez que cierra la instrucción es Andrés Lago Louro, ya lo había hecho antes su predecesor, José Luís Aláez, pero la Audiencia Provincial ordenó reabrirla.

El tren Alvia descarriló el 24 de julio de 2013 en Angróis, a pocos kilómetros de la estación de Santiago, cuando hacía el trayecto Madrid-Ferrol. Circulaba a 179 kilómetros por hora cuando la velocidad máxima permitida era de 80. Murieron 80 personas y otras 144 resultaron heridas de diversa consideración. Los vecinos se volcaron en el auxilio de las víctimas en una tarde que era de preparación de la fiesta del Apóstol de Santiago y del día de Galicia.

.