Este martes se sienta en el banquillo en Lugo un hombre acusado de propinar puñetazos en la cara a su pareja y de encerrarla en una habitación para evitar que huyese. El agresor cerró puertas y ventanas pero la víctima pudo huír por un balcón y escapar del edificio gracias a la ayuda de un vecino.
Ocurrió en Burela en mayo de 2016 y la fiscalía le pide 8 años de prisión. Como consecuencia de los golpes la mujer sufrió contusiones en la cara, pero ha renunciado a las indemnizaciones que pudieran corresponderle.
Actualmente el acusado tiene en vigor una orden de alejamiento de 150 metros, que la fiscalía considera que debería aumentarse a los 300 metros durante 6 años.