Los trabajadores de las empresas auxiliares de la aluminera de San Cibrao, de la multinacional Alcoa, han rebajado la presión en la segunda jornada de la huelga indefinida iniciada ayer, indicó un portavoz de la asociación, Kike Rocha.

Los empleados de esas empresas auxiliares son conscientes de que pueden afrontar "muchos días de lucha" y de que la situación puede "prolongarse", indicó Rocha.

A diferencia de ayer, cuando los huelguistas instalaron una barricada y cortaron el acceso principal a la fábrica de aluminio primario, en esta segunda jornada de movilización sólo había un piquete informativo a la entrada de la factoría.

"Se están realizando más trabajos" dentro de la fábrica por parte de los empleados de las auxiliares, dado que ayer solo se cumplieron "servicios mínimos", comentó.

Rocha señaló que ahora hay "más servicios mínimos”, pero también que "todo el mundo está atendiendo a las indicaciones de la plataforma" asociativa convocante de la huelga.

Añadió que la situación podría prolongarse durante semanas si no se produce un acuerdo para la venta de la factoría entre Alcoa y la firma Liberty House, del grupo GFG Alliance, que aspira a comprarla.

Por ello, la plataforma tomó la decisión de "combinar la protesta en la calle, con los piquetes informativos", y continuar la labor en "algunos trabajos" en esa factoría, ya que el objetivo es "mantener la tensión" para reclamar el mantenimiento de los defender los puestos de trabajo.