Las elevadas temperaturas y la ausencia de precipitaciones hacen que las reservas de agua sean realmente limitadas en la zona sur de la provincia de Lugo, de modo que la Comunidad de Regantes del Val de Lemos se ha visto en la obligación de establecer prioridades a la hora de activar los canales de riego y, al menos de momento, se empleará este recurso hídrico para salvar la cosecha de maíz.

La presidenta de la Comunidad de Regantes Val de Lemos, Alicia Toirán, explicó que “las últimas lluvias” han sido muy importantes, porque han permitido que, hasta ahora, no fuese preciso regar las tierras, de modo que “se ha ahorrado agua”.

Sin embargo, “con estas temperaturas, vamos a tener que empezar a regar a finales de esta semana”, aclaró, aunque “solo por uno de los canales”, dado que “no hay agua suficiente” para alimentar al otro.

EL MAÍZ

Ante la ausencia de precipitaciones y la merma en las reservas, la Comunidad de Regantes ha tenido que decidir cómo va a emplear el agua y, “dado que el maíz es el cultivo mayoritario en esta zona”, se ha optado por organizar el riego “en función de las necesidades” de la cosecha.

Recordó, en ese sentido, que el regadío está pensado “para la agricultura profesional”, no para los huertos y cultivos particulares, porque “si los agricultores pierden la cosecha de maíz, pierden su modo vida. Pierden su trabajo”.

“Estamos esperando a que las plantas comiencen a necesitar el agua para empezar a regar”, dijo Toirán.

“La infraestructura está en mal estado. Tenemos muchas pérdidas, pero haremos todo lo posible para perder la menor cantidad posible de agua”, concluyó.