El alcalde de Portomarín, Juan Serrano, que ha presentado la renuncia al cargo por “motivos personales”, asegura que se marcha con la “satisfacción” de haber podido ejecutar su “proyecto para el pueblo” y dispuesto a seguir “en una segunda línea” para tratar de cumplir sus “compromisos” con los “vecinos y amigos”.

En cuanto a su renuncia, Serrano reconoce que “en su entorno estaba hablado”, porque aunque siguió “cuatro años más”, él concebía su “proyecto político a ocho años”.

Ahora, consideró que era momento oportuno para “dar el paso” y no verse “en la misma tesitura dentro de año y medio”.

También explicó que aplazó la presentación de la renuncia por los “congresos regional y provincial”, pero ahora el Partido Popular “queda completamente renovado”, con “caras nuevas”, y consideró que había llegado finalmente el momento de dejar la Alcaldía.

Aunque reconoció que durante sus años como alcalde se dedicó “con la misma intensidad” al Ayuntamiento y a su empresa, Serrano dijo que ahora, “por circunstacias” relacionadas con “su vida personal”, su negocio “requiere ahora de más atención”.

“Uno no es Dios. Los años van pasando y los objetivos van cambiando”, aclaró.

Pablo Rivas

Con respecto a su posible sucesor, el teniente de alcalde, Pablo Rivas, dijo que es una persona “con una nobleza extraordinaria, leal, preparado e inteligente”, que viene “de una familia trabajadora, honrada y muy apegada al medio”.

A su juicio, reúne las “cualidades que tiene que tener un político”, por lo que confía en que, después de este mandato, tenga el favor de sus vecinos y la “oportunidad de demostrar lo grande que es”.