Aunque algunos gimnasios ya abrieron sus puertas en días pasados con cita previa, a partir del próximo lunes, con la entrada en la Fase 2 del proceso de desescalada, el sector podrá reiniciar su actividad con más usuarios en sus instalaciones, hasta cubrir un 30% de su aforo, pero los propietarios no ocultan su preocupación por la caída de ingresos y las restricciones.

José Durán, propietario de seis gimnasios en Galicia, tres de ellos en Lugo, recuerda que una parte importante de los ingresos en este sector procede, precisamente, de las clases colectivas, que en este momento están en entredicho por las limitaciones de espacio y las normas de distanciamiento social.

En declaraciones a EFE, explicó que recuperar esas clases es importante para la rentabilidad del sector, pero también reconoció que, en este momento, con las restricciones que impone el estado de alarma no es fácil buscar esa beneficio.

Reconoció que es difícil que puedan ser “rentables” si en los gimnasios “hay que respetar un aforo limitado en función de los metros cuadrados”.

“Lo veo complicado, que se puedan dar esas clases con un monitor”, dijo Durán, para un número tan reducido de alumnos.

Confesó que, al menos en su caso, ya están “trabajando” en la implantación de nuevas rutinas, de modo que se puedan impartir clases “con menos movimiento y, por lo tanto, con menos necesidad de espacio, pero igual de intensas”.

Asimismo, recordó que el sector también está a la espera de que se autorice de nuevo la “utilización de los vestuarios”, porque las normas de higiene son los mismas que en cualquier otro negocio.