Profesores del instituto A Pinguela, en la localidad de Monforte de Lemos, se han unido para tratar de echar una mano en este momento en el que la falta de equipos de protección personal en el mercado se ha convertido en un problema añadido en esta emergencia sanitaria provocada por el coronavirus.

Para tratar de echar una mano, han puesto a funcionar la impresora 3D que tiene el centro y están fabricando unas pantallas-visera de protección, elaboradas con material plástico, que cubren prácticamente toda la cara e evitan el contacto directo.

Aunque no son piezas homologadas, al menos evitan el contacto directo con las zonas de la cara más susceptibles de favorecer el contagio.

El director del centro, Enrique Sampil, explicó que están repartiendo de forma gratuita diez unidades diarias, que son las que puede fabricar su impresora 3D, entre colectivos que realmente necesitan estos equipos de protección personal.

“Están en el ambulatorio y también las tienen miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad”, precisó, pero su intención es seguir repartiéndolas entre colectivos vulnerables “en función de la capacidad para fabricar”.

“Nos dicen que son útiles”, precisó, porque supone una protección “añadida”, al colocar una pantalla entre la cara del usuario y las demás personas.