Políticos y periodistas de Lugo: una tregua en la mesa con un cocido de campeonato
En un mundo marcado por la confrontación diaria, políticos y periodistas se unieron en torno a un cocido tradicional para demostrar que, al final del día, son seres humanos con más en común de lo que parece

En la cocina lo mismo que con el bastón de mando
Lugo - Publicado el
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Un encuentro que emula el tercer tiempo del rugby
Como en el deporte, donde los adversarios se reúnen después del partido para compartir, esta vez políticos y periodistas dejaron a un lado sus trincheras habituales para firmar una tregua simbólica alrededor de una mesa. En Portomarín, el Gastro Obradoiro se convirtió en el escenario donde los senadores lucenses del Partido Popular, José Manuel Barreiro, José Manuel Balseiro y Juan Serrano ejercieron de anfitriones para agasajar a un grupo de periodistas con los que, a diario, miden fuerzas en el campo del debate público.
Este encuentro no fue un acto protocolario ni una excusa para el autobombo. Fue un ejercicio de humanidad, una pausa necesaria para recordar que más allá de las diferencias ideológicas y profesionales, ambos colectivos comparten un vínculo irrenunciable: pertenecer al género humano.
La cocina como lenguaje universal

La carne de cerdo como el Bonito de A Mariña
El cocido preparado para la ocasión fue un homenaje a la gastronomía tradicional gallega, con ingredientes que hablan de la tierra y el esfuerzo colectivo. Pablo Rivas, el alcalde de Portomarín, Javier Rodríguez, teniente alcalde y Juan Serrano uno de los mejores alcaldes históricos del pueblo y a la sazón, senador popular, se pusieron el delantal para elaborar una experiencia culinaria que iba mucho más allá de los sabores: un acto de generosidad y respeto hacia los invitados.
El menú no escatimó en detalles: empanada de liscos, queso curado, sopa del cocido, repolo, cimos, lacón, cachucha, chourizos ceboleiros, butelo, androlla, marmelo y filloas. Y desde luego, no faltó el café con "Augardente de Portomarín". Cada plato fue servido como un recordatorio de que, en la cocina y en la vida, los mejores resultados se consiguen con paciencia, dedicación y buenos ingredientes.
El Gastro Obradoiro: un espacio para la concordia
El Gastro Obradoiro de Portomarín, un enclave gestionado por el ayuntamiento, es mucho más que una cocina compartida. Es un espacio donde se fomenta la convivencia y la comunidad, un lugar que se cede gratuitamente a los vecinos para sus celebraciones y encuentros. Este gesto generoso refleja los valores que, aunque a veces se diluyan en la vorágine del día a día político, siguen siendo el núcleo de la vocación de servicio público.
En esta ocasión, el Gastro Obradoiro se convirtió en una especie de hemiciclo alternativo, donde no hubo discursos vacíos ni enfrentamientos. Solo palabras sinceras, conversaciones cercanas y la intención de tender puentes entre dos mundos que, aunque distintos, se necesitan mutuamente para cumplir su función en la sociedad.
Tregua en la batalla dialéctica

Políticos y periodistas lucenses
Es probable que en unos días todo vuelva a la normalidad: los periodistas retomarán su papel de fiscalizadores y los políticos volverán a intentar convencer con sus promesas. Sin embargo, este encuentro demuestra que, al menos por un día, es posible dejar a un lado las armas dialécticas para compartir algo tan sencillo y poderoso como una comida.
En la mesa del Gastro Obradoiro, políticos y periodistas no eran adversarios, sino personas. Quizás, en el fondo, esta tregua gastronómica no sea más que un pequeño paso hacia algo más grande: el reconocimiento de que, pese a las diferencias, todos compartimos el mismo espacio y destino. Una lección que bien podría ser recordada más allá de un plato de cocido.