La plantilla de Alcoa San Cibrao, la única fábrica de aluminio primario que queda en España, exige a Xunta y Gobierno la intervención de la factoría lucense, una vez que la multinacional ha anunciado un ERE con el despido de 524 trabajadores y parada de las cubas, mientras que los sindicatos irán a por la cautelarísima.

Esta última medida provisional, de la que ha informado el comité de empresa en declaraciones a la prensa, se solicitará al juez, en un intento de que paralice el proceso, y la misma se adopta siempre por circunstancias de especial urgencia mediante un procedimiento extraordinario y sumario sin oír a la parte contraria.

El representante de los trabajadores de Alcoa San Cibrao, José Antonio Zan, ha criticado a la propietaria de las instalaciones por, a su juicio, volver a actuar de "mala fe", con una comunicación de tal calado un viernes "a la una de la tarde" y por ello reclaman a las autoridades pasar ya "de las palabras a los hechos".

"Que cumplan su palabra", ha reivindicado al proceder a la lectura de un manifiesto. "Que expropien. Es el momento. No se puede esperar más. Es hora de pasar a los hechos y dejarse de palabras" y de fotografías, ha clamado.

Zan se ha mostrado convencido de que "las próximas horas y los próximos días" van a ser fundamentales y ha anticipado que los empleados no dejarán de luchar, pues se mantendrán en la pelea "hasta el final".

Para el próximo domingo los operarios mantienen la convocatoria de una manifestación con estudiantes de toda a A Mariña, la costa de Lugo en la que está ubicado el complejo, y a partir de ahí habrá un calendario de movilizaciones hecho "con inteligencia", ha advertido, y con acciones "muy contundentes".

"Si quieren llevar a cabo la parada de una sola cuba nos tendrán enfrente", ha avisado Zan.

"Alcoa actuó de mala fe hasta el final. Incluso retiene camiones con productos esenciales como hidratos, básicos para farmacias y potabilizadoras", ha explicitado.

Por último, Zan ha incidido en que ha pasado el tiempo de "niños" y ha llegado el de "hombres y mujeres", con una alusión expresa también a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, con el objeto de que el Ejecutivo reaccione.

Alcoa ya vendió el año pasado al fondo suizo Parter Capital las plantas que tenía en Avilés y A Coruña, después de un largo proceso que arrancó a finales de 2018 cuando la multinacional estadounidense anunció su intención de cerrar las dos fábricas, que justificó por los altos costes de la electricidad en España, la necesidad de hacer fuertes inversiones en las plantas y la difícil coyuntura en los mercados de aluminio.

Pero Parter Capital no tardó en deshacerse de las dos plantas de Alcoa, que fueron adquiridas por el Grupo Riesgo ya bajo la denominación de Alu Ibérica.

El grupo garantizó en principio el mantenimiento del empleo y anunció una inversión de 250 millones en cinco años en las instalaciones, pero las dudas sobre que Riesgo tenga un plan industrial provocó las protestas de los trabajadores, que han pedido al Gobierno que las intervenga.