El portavoz de la plataforma que agrupa a los trabajadores de las empresas auxiliares de Alcoa, Kike Rocha, ha valorado positivamente la presión ejercida en las últimas horas sobre la multinacional con el objetivo de que venda la planta de San Cibrao, pero opina que lo único que puede llevarla a dar ese paso es la amenaza real de una intervención pública de la planta.
Rocha hizo estas declaraciones a Cope Lugo después de que el Ministerio de Industria le solicitase a Alcoa la devolución de ayudas por importe de 50 millones de euros y de que el Consello da Xunta de Galicia declarase esencial y estratégico el sector electrointensivo gallego.
“La mayor presión que pueden hacer es decirles directamente que si no venden la planta, que la van a intervenir, que la van a nacionalizar para después venderla”, dijo Rocha.
“Una presión económica que les haga devolver dinero, claro que es una presión. Es una multinacional que está para ganar dinero, pero no creo que sea decisiva para obligar a Alcoa a vender. Insistió.
Desde su punto de vista, la Administración tiene que hacerle ver a Alcoa que está dispuesta “a intervenir la planta”, a “sacarla de su poder” para “vendérsela a Liberty, que es el inversor interesado en comprarla”.