Haciendo vendimia y mirando al fin del mundo desde el sur de la provincia de Lugo
El trabajo es duro, pero agacharse a recoger uvas en unas viñas situadas en un punto privilegiado del globo, con vistas a este rincón de Escairón, en la Ribeira Sacra, es un auténtico lujo
Lugo - Publicado el - Actualizado
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Evaristo Rodríguez, uno de los responsables de la saga familiar de Adegas Moure, en Escairón, sigue al pie del cañón, a pesar de que ya tiene edad para estar jubilado. Organiza y se suma al trabajo de campo, vendimiando en las 24 hectáreas de viñas de las que dispone directamente la bodega. Actualmente, unas 22 personas están recogiendo uvas, en una labor meticulosa, casi de hormigas. Si los observáramos desde un dron, sería un auténtico espectáculo.
COSECHA EXCELENTE
Este año, Evaristo está especialmente satisfecho con la cosecha. “Eu levo anos sen ter unha vendima coma esta: uva sana, ben madura, pepita negra, de sabor, de textura... é dicir, unha maduración excelente tanto da branca como da tinta”, comenta. Será un año redondo, “se non o facemos mal na adega”, añade con humildad. El clima ha sido normal, “que é o desexable”, lo que asegura un producto espléndido. En Adegas Moure siempre han apostado por la calidad, y, en palabras de Evaristo: “Esta terra, co costosa e dificultosa que é, se non se fai bon produto non pode haber continuidade no traballo. E un bon produto ten menos crises e máis aceptación que un produto normal”. Este año, los astros realmente se han alineado: siempre han trabajado buscando la mejor calidad, pero esta cosecha es especialmente excelente.
SALDRÁN 200.000 BOTELLAS
Además de las uvas de sus propios viñedos, Adegas Moure también compra a productores de confianza, apoyando así el trabajo de viticultores amigos que cuidan la vid con tanto esmero como ellos. Este año, entre blancos y tintos, la producción alcanzará unas 200.000 botellas, de las cuales un 80% se quedarán en España y el resto se exportará al extranjero.
PONME UN ABADÍA
Casi al mismo tiempo que la creación de la D.O. Ribeira Sacra, se popularizó en los bares y restaurantes de la región la expresión “ponme un Abadía” o “un Abadía da Cova”. Esta arraigada costumbre entre los lucenses, según Evaristo, se debe al esfuerzo de las diferentes generaciones de la familia, que nunca quisieron "xogar a facer viños normáis" en la Ribeira Sacra. Más allá del buen marketing, lo importante siempre fue “facer un produto digno, honesto, e da máxima calidade á que se puido chegar poñendo todo o esforzo posible por un amor á terra e a facer as cousas ben”. Esta dedicación es un legado que la familia actual de Adegas Moure debe a las generaciones anteriores, y que, como señala Evaristo, “procuramos seguilo mantendo, porque a terra merece que as xentes de agora fagamos as cousas como antes”. Esta ha sido siempre la filosofía que sigue guiándolos hoy en día.