El fuego deja sin teléfono e Internet a Ribas de Sil y genera problemas en el suministro de agua
El alcalde, Miguel Ángel Sotuela, dijo que el fuego provocó el lunes el "caos" en su municipio
Lugo
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Actualizado 14:42
El alcalde de Ribas de Sil, Miguel Ángel Soutela, ha informado de que los incendios que han arrasado cerca de 1.600 hectáreas en su municipio están “más o menos controlados”, pero también recordó que el fuego ha dejado a una parte del ayuntamiento sin teléfono, sin conexión a Internet y con problemas con el suministro de agua.
En declaraciones a los medios de comunicación, acompañado por el secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, Sotuela reconoció que el fuego provocó “el caos” este lunes, cuando las elevadas temperaturas, la humedad y el viento provocaron una situación “apoteósica” que realmente “metía miedo”.
En este momento, en cambio, el fuego está “más o menos controlado”, dijo Soutela, aunque todavía se ven “helicópteros que siguen echando agua” en “puntos concretos”, para enfriar los últimos rescoldos del incendio.
Sin comunicaciones
En todo caso, reconoció que los vecinos del municipio están ahora “preocupados” por las consecuencias que deja el incendio, porque la zona afectada “está sin teléfono y sin acceso a Internet”, lo que provoca problemas tanto a particulares como al propio Ayuntamiento.
El alcalde criticó la “lentitud de la empresa” a la hora de reparar las averías y restablecer el servicio, porque él mismo llegó a estar “incomunicado” durante el incendio, sin posibilidades de “hablar con nadie”.
Además, confirmó que, en algún momento, llegó a quedar interrumpido el suministro eléctrico, de modo que los vehículos desplazados para luchar contra el fuego no podían repostar en la gasolinera local.
Suministro de agua
Preocupa también la situación del suministro de agua potable, porque “muchas traídas particulares han resultado afectadas”, al igual que la captación municipal.
El regidor local tiene claro que le fuego “ha sido provocado”, porque comenzó en dos focos simultáneamente, “a dos o tres kilómetros uno del otro”.
“Esto solo tiene una explicación. Alguien le prendió fuego. Yo no creo en los pajaritos”, sentenció.
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