El propietario de una explotación ganadera del municipio lucense de Meira tomó la decisión de instalar cámaras de seguridad en la granja para buscar explicación a las heridas que, de un tiempo a esta parte, había apreciado en varias vacas de leche, fundamentalmente en las patas, cuyo buen estado es fundamental para la salud de este tipo de animales.

Gracias a la grabación de esas cámaras de seguridad, pudo comprobar que uno de sus empleados, un hombre de nacionalidad marroquí, era quien supuestamente les estaba provocando esas heridas a las vacas de la granja.

Con esas grabaciones de las cámaras instaladas en el establo pudo comprobar como ese empleado utilizaba un objeto punzante para hacer daño a los animales, de modo que acudió a la Guardia Civil para denunciar estos hechos y aportó como prueba los vídeos en los que cogió in fraganti al presunto maltratador.

A la vista de esas pruebas, la Guardia Civil ha imputado al sospechoso como investigado por un supuesto delito de maltrato animal.

Según ha informado la propia Benemérita en un comunicado, el sospechoso, un hombre de 48 años de edad, “supuestamente realizaba prácticas inadecuadas en el manejo del ganado que se encontraba a su cargo”.

La persona investigada ha sido puesta a disposición judicial.