El Partido Popular ha informado de que promoverá “una acción conjunta” en los ayuntamientos de las siete ciudades del Antigo Reino de Galicia para que apoyen de forma explícita la declaración de la Ofrenda al Santísimo en la Catedral de Lugo como Bien de Interés Cultural (BIC).

El portavoz del grupo municipal del PP en Lugo, Ramón Carballo, expresó su deseo de que “todos los grupos de la corporación respalden este reconocimiento”, porque eso supondría “apostar por su conservación” y “promocionar esta tradición, que acaba de celebrar su 350 aniversario”.

A su juicio, que la Ofrenda del Antigo Reino de Galicia al Santísimo sea declarada Bien de Interés Cultural debería “ser un motivo de alegría para todos, independientemente de las afinidades políticas”, dada “la importancia y la repercusión” que tendría para la propia ciudad de Lugo.

Por su parte, la edila Beatriz Vázquez recordó que, más allá de su significado religioso, esta celebración también tiene un notable “valor histórico, social y cultural”, un “trasfondo profundo” que “garantizó durante tres siglos y medio la vida de esta tradición”.

A instancias del Obispado de Lugo, la Xunta de Galicia informó de que iniciará los trámites para promover la declaración de Bien de Interés Cultural de la Ofrenda del Antiguo Reino de Galicia al Santísimo Sacramento, toda vez que se trata “de una tradición con una acreditada historicidad que destaca la función del patrimonio cultural inmaterial en la sociedad como elemento de carácter identitario” para la propia Comunidad Autónoma.

Anualmente, el domingo siguiente al Corpus Christi tiene lugar en Lugo la Ofrenda del Antigo Reino de Galicia al Santísimo, un acto institucional y religioso en el que participan los mandatarios de las antiguas capitales del Reino de Galicia: A Coruña, Lugo, Ourense, Santiago de Compostela, Mondoñedo, Betanzos y Tui.

Con la ofrenda y la posterior procesión por la ciudad, cumplen con el voto solemne que hicieron en 1669, ante las dificultades económicas de la Catedral de Lugo, de dotarla de una renta anual con la que iluminar el Altar Mayor.

Desde 1925 hasta nuestros días el rito de la Ofrenda se celebra del mismo modo, en una misa solemne en la que participan por turnos rotatorios anuales los representantes municipales de las siete ciudades.