Lugo, 22 de mayo.- Ramón Carballo, un veterinario de 59 años de edad con una larga y dilatada trayectoria en política y en la administración pública, es el candidato al que se ha encomendado el Partido Popular para recuperar la Alcaldía de Lugo después de cinco mandatos consecutivos con el PSdeG al frente del Ayuntamiento, primero con José López Orozco y en los últimos cuatro años con Lara Méndez.

Natural de Pedrafita do Cebreiro, viudo y con un hijo de 28 años, Ramón Carballo ejerció su profesión como veterinario en varios municipios de la Montaña lucense, pero también fue jefe de los Servicios Veterinarios de Salud Pública e inspector técnico de ese mismo departamento.

Durante seis años, con Mariano Rajoy como presidente, fue subdelegado del Gobierno en Lugo, mientras que en la administración autonómica ejerció como jefe territorial de la Consellería de Medio Rural y en la actualidad lo es de la Vicepresidencia de la Xunta de Galicia en esta provincia.

En cuanto a su carrera política, fue concejal en Pedrafita do Cebreiro y A Fonsagrada, así como diputado en el Parlamento de Galicia, donde presidió la Comisión de Pesca, fue vocal en la de Agricultura y ejerció como ponente en la de Emigración y Asuntos Europeos.

Carballo es aficionado al fútbol, juega al tenis y lee novelas históricas, pero también le gusta caminar en compañía de su hijo y de su perro -un boxer llamado Link- y, por supuesto, dedicarle de vez en cuando algo de tiempo a otra de sus aficiones: Echar una partida de cartas con sus amigos.

Se define a sí mismo como un “político por devoción” y reconoce que se presenta a estas elecciones porque Lugo “se lo ha dado todo”, al igual que el Partido Popular, en el que ha militado durante prácticamente toda su vida.

Para esta campaña, que desembocará en las elecciones del próximo domingo, Carballo ha elegido como lema “Lugo en marcha”, porque considera que la ciudad ha estado paralizada durante los últimos cuatro años a causa de la gestión de Lara Méndez.

De hecho, parte de su programa electoral se centra, precisamente, en una profunda reestructuración del trabajo en el Ayuntamiento de Lugo, para agilizar los trámites administrativos, pagar en tiempo y forma a los proveedores, reducir los plazos de concesión de licencias, facilitar el uso de la administración electrónica y crear un registro municipal de empresas para que los empresarios locales se presenten a los procesos contratación de la administración local.

Sostiene que el Ayuntamiento, en vez de ayudar a los ciudadanos a superar sus dificultades, se ha convertido, a causa de esa “parálisis” en la gestión, en un “problema” más al que tienen que enfrentarse empresas, emprendedores y vecinos a título particular.

Aunque los resultados de las últimas generales no fueron los esperados, Carballo no se permitió tiempo alguno para el duelo y, al día siguiente, retomó la “marcha” y trató de infundir ánimo a militantes y simpatizantes con la idea de que los comicios locales pueden devolver la alegría a las filas populares.

Confía para ello en sumar votos que en los anteriores comicios se fueron a Ciudadanos y a Vox, además de capitalizar el desgaste del gobierno en minoría de Lara Méndez y el descontento que, a su juicio, se percibe entre la ciudadanía por la “nefasta” gestión de los socialistas.

Como buen jugador de naipes, sabe que para ganar la partida no hace falta tener todos los triunfos en la mano.