Hosteleros del barrio lucense de A Milagrosa, que en las últimas semanas fue objeto de restricciones más estrictas por parte de la Consellería de Sanidade para frenar la cadena de contagios en el brote de coronavirus cuyo epicentro fue localizado en esa zona de la ciudad, reconocen que su actividad no termina de remontar porque “la gente tiene miedo”.

Después de la reunión del comité clínico de expertos que asesora al gobierno gallego, la Xunta de Galicia tomó ayer la decisión de mantener a Lugo como ciudad con restricciones especiales, aunque suavizó las medidas en el barrio de A Milagrosa para igualarlas con las aplicadas en los demás barrios del casco urbano.

Una hostelera, propietaria de dos establecimientos en A Milagrosa, reconoció que “la cosa está muy floja”, porque “la publicidad no ha sido muy buena para el barrio” a consecuencia del brote de coronavirus y “la gente de momento no sale, porque tiene miedo”.

“La cosa está muy flojita”, reconoció, aunque confía en que, poco a poco, una vez que la Consellería de Sanidade ha igualado las restricciones en el barrio con las que pesan sobre el sector en el resto de la ciudad, se vaya normalizando.

Otro empresario del sector, también con un local en el barrio, precisó que a día hoy “ni siquiera han reabierto todos los establecimientos” que cerraron a raíz de las duras restricciones impuestas para controlar el brote.

“Supongo que hoy o mañana todos irán abriendo”, añadió, aunque también reconoció que, de momento, “las condiciones son desfavorables”.

Lugo sigue teniendo restricciones especiales para frenar la cadena de contagios del brote de coronavirus cuyo origen fue localizado en una fiesta celebrada en un local de hostelería, de modo que sigue habiendo limitaciones de aforo en los establecimientos comerciales, de restauración y hostelería.

Según el último recuento hecho público por el Sergas, sigue habiendo en la ciudad 293 casos activos.