La defensa del hombre de 48 años acusado de asesinar a cuchilladas a su pareja en el domicilio que ambos compartían en Lugo, en febrero de 2020, ha avanzado que, en sus conclusiones, en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Lugo con jurado popular, argumentará que su cliente puso sufrir un brote psicótico el día de autos.

El letrado Jacobo Vázquez explicó a Cope Lugo, antes de entrar en la última jornada del juicio -que comenzó este lunes en la Audiencia-, que “aparte” de la influencia que pudo tener en el crimen “el consumo abusivo de alcohol y de drogas” por parte de su cliente, “en el momento de los hechos el acusado pudo tener un brote psicótico”.

En ese sentido, precisó que “ya en el año 2017 tuvo uno. Motivado por el consumo excesivo de alcohol”.

“Es muy posible, por la relación de hechos que se dio y de acuerdo con las pruebas testificales, que tuviese un brote psicótico”, insistió el letrado, quien trató de demostrar en la vista oral que no hubo alevosía en el crimen por parte de su cliente y que ambos, acusado y víctima, no eran pareja.

En cuanto a la posibilidad de que el día de autos estuviese bajo la influencia de un brote psicótico, espera que se le aplique a su cliente “o una eximente completa o al menos parcial”.

25 años de cárcel

Según el escrito de acusación del ministerio fiscal, el acusado, que conocía a la víctima “desde hacía años”, inició con ella una relación sentimental en el verano de 2019 y se fueron a vivir a juntos en el domicilio de la mujer, en la ciudad de Lugo.

La Fiscalía sostiene que el crimen se produjo entre las 18:00 horas del día 6 y las 08:00 horas del 7 de febrero de 2020, en el domicilio que ambos compartían.

Después de una discusión, “con conocimiento del grave estado de embriaguez” en el que se encontraba la mujer, “no tiendo la víctima posibilidad” de defenderse, el acusado supuestamente aprovechó que ella se encontraba sentada en el inodoro para asestarle cuatro puñaladas en el cuello con un cuchillo que tenía 19 centímetros de hoja.

Lo hizo, según sostiene el ministerio público, “con la intención de acabar con su vida” y al menos una de las puñaladas le seccionó la carótida, de modo que la víctima falleció a causa de la hemorragia que le provocaron las heridas en el cuello.

En el momento del fallecimiento, la víctima tenía 49 años. Dejó dos hijos, uno de 17 y otro de 30 años, así como a su madre 77.

El fiscal sostiene que el acusado estaba en uso de sus facultades el día de autos para “comprender sus actos” y la “voluntad intacta para decidir ejecutarlos”, por lo que lo acusa de un delito de asesinato con el agravante de parentesco.

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Pide para el acusado una pena de 25 años de prisión, así como que indemnice con 84.000 euros al hijo que era menor de edad en el momento de los hechos y con 52.000 euros al mayor. También reclama una indemnización de 42.000 euros para la madre de la víctima y de 15.000 para su hermano, en concepto de daño moral.

El acusado se encuentra en prisión provisional por estos hechos desde el día 11 de febrero de 2020.