Si llegas a Santiago desde el sur y te desvías en la rotonda de Conxo a mano izquierda, enseguida te encontrarás en un escenario de contrastes. Porque entrarás en un barrio donde, junto a las nuevas edificaciones y bloques todavía en construcción, te encontrarás no una...sino varias docenas de viviendas en lamentable estado de abandono. Son casas sobre todo de una planta, algunas de dos, vacías oficialmente desde hace años al fallecer o cambiar de residencia sus propietarios. Esto las ha convertido en diana para okupas y cacos: nos cuenta una vecina que lleva cincuenta años en Monte de Conxo que alguna de las que mantienen mejor aspecto exterior han sido tapiadas porque recientemente los ladrones se llevaron "hasta los radiadores de las paredes".

Otras, tapiadas tamibién y cubiertas de grafitis, acusan el paso de los años con la fachada llena de desconchones, azulejos levantados y abundante vegetación sobre el tejado y asomando entre las juntas.

Preocupa en el vecindario la proliferación de las viviendas okupadas. Las versiones discrepan en un punto: si a través de redes sociales hay quien denuncia problemas de convivencia, acoso y violencia  hacia los vecinos  por parte de los que se han instalado a vivir ilegalmente en las casas, otras personas aseguran que no se producen situaciones de conflicto... más allá, obviamente, de la propia incursión sin permiso en una propiedad privada.

En todo caso, sí que es común la queja por el estado de abandono en el que se encuentra esta parte del barrio, en el que el ancho de una calle separa infraviviendas semiderruidas de una zona escolar, un pabellón deportivo o un polígono de nueva construcción.