A partir de este próximo lunes, 8 de marzo, la totalidad de municipios del Área Sanitaria de Santiago y Barbanza estarán en el Nivel 3 básico de restricciones marcadas por la Xunta de Galicia en el proceso de desescalada lo que, en la práctica, supondrá la apertura de la hostelería en terraza e interiores en todo su territorio, con limitaciones de aforo del 50 y el 30 %, respectivamente, así como que en todos estos ayuntamientos se permita la movilidad hacia y desde el resto de municipios gallegos que se encuentren en esta situación.

Que van a ser la inmensa mayoría, tras la decisión del Comité Clínico celebrado este viernes de abrir las áreas sanitarias de A Coruña y Pontevedra, limitando cuatro los concellos de Ourense (Boborás y A Mezquita), Lugo (A Pobra de Brollón) y Pontevedra (Soutomaior) con el nivel máximo de restricciones, siendo 13 los que se situarán en Nivel 2 en toda Galicia, ninguno de ellos en el área sanitaria compostelana.

Y es que, a partir de este lunes, los concellos de Tordoia y Porto do Son bajarán del nivel de riesgo, por lo que será a partir del 8 de marzo cuando recupoeren la movilidad hacia y desde ayuntamientos en su mismo nivel, así como la posibilidad de reabrir en el interior de los establecimientos hosteleros.

"SÓLO" TRES DÍAS EN NIVEL 2

Es llamativo que, en ambos casos, tan solo vayan a estar en vigor tres días las restricciones del Nivel 2, que se activaban en la medianoche de este viernes, tras una incidencia acumulada (IA), en el caso de Tordoia, entre 75 y 125 casos a 7 días, aunque con menos de 9 contagios registrados en las últimas dos semanas.

Y, en el caso de Porto do Son, con una IA entre 150 y 250 casos a 14 días provocada por los 15 contagios detectados en esas últimas dos semanas, de los que una decena se producían en una misma familia.

Un brote en el ámbito familiar que, sin embargo, impacta en todo el municipio que en estos tres días quedará aislado del resto de concellos del Barbanza y cuya hostelería sólo podrá servir en la mitad de las mesas de sus terrazas, provocando situaciones dramáticas como la que nos contaba en herrera en Cope de las Rías María, dueña y responsable del Restaurante O Pescador, de Portosín, y que sólo va a disponer de 6 mesas a lo largo de los próximos días, con una capacidad de 4 personas por mesa lo que limita enormemente su posibilidad de trabajo "y eso siempre que no llueva, que entonces, tendremos que cerrar".

Se lamentaba además de que esta situación haya llegado justo tres días despues de reabrir sus puertas, tras tres meses cerrados, y de reactivar a uno de sus tres empleados en ERTE todo este tiempo, asegurando, entre lágrimas, que las ayudas que hay no llegan y que "ya no queremos ayudas, solo queremos trabajar; llevamos con el negocio propio 31 años y esta situación no se puede aguantar más. Todo esto es una ruina, para nosotros y para todos en general".

Mientras, este viernes comenzaba en el concello sonense un cribado al que, hasta el sábado, estaba previsto citar a unos 2.400 vecinos de entre 31 y 50 años en el Hospital Comarcal da Barbanza. Y cuyos resultados serán fundamentales para determinar la evolución de los contagios en Porto do Son y en los que se fundamentarán las decisiones del Comité Clínico que se volverá a reunir este lunes.