La noche ha sido muy movida en Santiago de Compostela. Más de 2.000 personas se congregaron en el botellón que se formóo a las puertas de una discoteca situada en la calle Curros Enríquez, en pleno centro de la ciudad.

Además de las molestias que provocaron a los vecinos (muchos de ellos no pudieron dormir) policía tuvo que cargar contra los jóvenes una vez que algunos empezaron a tirar botellas a los agentes. En la refriega un policía municipal resultó herido con una luxación de hombro.

"Le arrojaron vidrios o objetos a los agentes, que tuvieron que intervenir con cargas", explica a Cope Gonzalo Muiños, el concejal de Seguridad Ciudadana.

"Desde el inicio del curso universitario ésta ha sido la noche más dura", reconoce. "No podemos prohibir a nadie estar en la calle, pero sí podemos sancionar a quienes beben en la vía pública o hacen ruido por la noche", recuerda.

Los vecinos, sin pegar ojo

Los vecinos de la calle Curros Enríquez ya no saben qué hacer. Algunos de los que no durmieron en jueves anteriores cuentan a Cope Santiago en esta ocasión se fueron a la cama con tapones y después de tomar una pastilla.

A otros les resultó complicado conciliar el sueño. "Vivo en un cuarto y era imposible dormir", cuenta una mujer que tuvo que soportar "cánticos, gritos y coches acelerando" hasta altas horas de la madrugada.

Este de la calle Curros Enríquez fue el botellón más grande de esta madrugada en Santiago, pero no el único. Vecinos de la zona denuncian concentraciones de jóvenes en el parque de Belvís y también en el cantón de San Bieito, en la zona histórica.

A primera hora en la estación de tren se podía ver a cientos de jóvenes de otros puntos de Galicia que volvían a casa después de una noche de fiesta.