Seis noches consecutivas lleva el Albergue Xoán XXIII con sus 25 plazas cubiertas: el 2 de enero se estableció el protocolo de emergencia por frío y desde el 3 y hasta hoy todos los días han tenido que decir a alguna persona que no se podía quedar a dormir. Divina Losada, coordinadora de actividades y servicios del centro, nos contó que ya desde el verano se han repetido los días de lleno, al margen de las condiciones meteorológicas, pero en noviembre y diciembre y ahora enero es cuando más han notado el incremento de usuarios. Los datos de 2018 hablan por sí solos: más de 7.300 pernoctaciones en total a las que hay que sumar otros servicios cuya demanda no para de incrementarse. Es el caso de las duchas a primera hora de la mañana: más de 2.700 durante el año pasado. Divina Losada nos explicó que se trata de "personas que duermen en la calle o que no pueden pagar el gas o no tienen ducha en casa" así que de lunes a viernes acuden asearse al albergue.  El incremento de usuarios  ha dejado bajo mínimos el ropero del albergue, que estos días necesita sobre todo ropa de abrigo, tanto exterior como interior: "nos sorprendió el incremento de peticiones de calzoncillos largos, no sólo por parte de personas mayores, también de jóvenes", explica la coordinadora de actividad del Albergue, "y también de gorros y guantes".

En 2018, a través del servicio de ropero del Albergue se distribuyeron casi 13.500 prendas de ropa, que a su vez llegó a la entidad por donaciones.

Con las manos abiertas reciben en Xoán XXIII cualquier aportación, como los 610 kilos de alimentos y productos de higiene que entregaban esta mañana Gadis y el Obradoiro, fruto de la campaña solidaria que ambas entidades pusieron en marcha en diciembre pasado, por sexto año consecutivo y que volvía a marcar un nuevo récord.