"Viva la Virgen, viva Dios, un aplauso para el que crea!" Este grito, no de guerra, sino de Paz con mayúsculas se escuchaba a mediodía en la Plaza del Obradoiro, uno de los espacios de animación en los que se nota que los jóvenes de la PEJ están presentes en Santiago. Porque aunque el gran atrio de la Catedral estaba a rebosar de turistas y peregrinos, desde un rincón junto a los soportales del ayuntamiento, varios grupos musicales católicos se fueron dando el relevo para demostrar el poder evangelizador de su arte. José Luis, del grupo Siete Días, decía en Cope Santiago que en su caso, "las canciones son cada vez con letras más explícitas pero se nota que la gente está sedienta de fe, de Dios... y esto cala en la gente", una idea que también comparte Alberto Raposo, sacerdote guitarrista de La Voz del Desierto, que lleva desde 2003 sembrando a ritmo de rock&roll y que estos días comparte los escenarios de la PEJ.

Música con mensaje, igual que por supuesto en las catequesis o el Pórtico de las Vocaciones. Chus es una de las coordinadoras de esta propuesta que muestra a los jóvenes distintos ámbitos donde poder desarrollar su vocación vital desde la perspectiva de la fe: "queremos que los jóvenes se acerquen y vean rostros concretos de la Iglesia en esos espacios... Educación, Misión y apostolado, Familia, Vida Consagrada y el de la Caridad y la vulnerabilidad", explica esta Hija de la Caridad, participante en su día en citas como esta como peregrina, ahora, trabajando "entre fogones" para que otros jóvenes tengan la posiblidad de vivir experiencias enriquecedoras.

En uno de los grupos que participaron en la actividad está Cher, es una joven de Córdoba encantada con su primera experiencia de peregrinación en Santiago: "ha sido muy bonito compartir experiencias unos con otros, estar en el Camino y estar agobiados, pensar que no vas a llegar y que alguien te diga ...¡venga que tú puedes! y ya unirnos y llegar juntos al lugar... Cuando llegamos a la plaza de la Catedral fue muy emocionante. Vamos a disfrutar de lo que nos queda ¡Juntos!", exclama.

El arzobispo de Santiago, Monseñor Barrio, visitó varias de las actividades y volvía a mostrar su agradecimiento a los jóvenes por una participación "con una serenidad, una paz, una armonía... que no deja de extrañar, la verdad. Doy gracias a Dios". Barrio destacó los espacios del Pórtico de la Vocación y el de la Penitencia, en el entorno de la iglesia de San Fructuoso como "dos realidades imprescindibles en estas jornadas".

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