Un operativo contra el furtivismo desarrollado en los tres últimos meses del año pasado en el Parque Natural de Corrubedo, de la localidad coruñesa de Ribeira, permitía decomisar más de 800 kg de marisco ilegal y desarticular una banda dedicada a la extracción de berberecho en la zona de la laguna de Carregal, uno de los espacios protegidos de este parque dunar y costero atlántico.

Operativo que tuvo varias fases y que en la primera, desarrollada en octubre, permitió identificar a once personas a las que, tras una exhaustiva vigilancia desarrollada durante varias jornadas, se les decomisaron más de 580 kg de berberecho en una sola noche que se encontraban escondidos bajo el agua de la citada laguna, con un valor estimado en el mercado de más de 3.800 euros.

Y que pudieron ser localizados gracias al nuevo equipo de submarinistas con los que cuenta el ERPOL, el Equipo de Respuesta Policial adscrito a la Policía Autonómica de Galicia.

LUCHA CONTRA EL FURTIVISMO POR TODA GALICIA

Esta operación es sólo una de las que desarrolla este equipo policial con base en Santiago de Compostela que encabeza Fernando Molina, jefe de la unidad, quien destaca el avance que ha supuesto para la misma "el poder llegar ahora a donde antes no podíamos", gracias a los submarinistas que son capaces "de comprobar y documentar lo que antes no se veía bajo las aguas, donde los furtivos tiran o esconden sus capturas".

Una circunstancia relevante que ha permitIdo en los últimos meses que el ERPOL haya logrado localizar mallas, trasmallos y redes ilegales en distintos puntos de la costa de Galicia, donde desarrolla su actividad de vigilancia y persecución del furtivismo junto con el Servicio de Gardacostas de Galicia.

Además de la colaboración que mantienen con los equipos de Guardias Rurales, contratados por las cofradías de pescadores o de los Agentes Medioambientales de los distritos encargados de la vigilancia de espacios naturales, como en el caso del Parque de Corrubedo donde su colaboración y conocimiento de la zona "nos permitió establecer estos dispositivos para comprobar si la actividad furtiva era un hecho aislado o no", cuenta Fernando Molina, satisfecho de un operativo que ya han puesto en manos de la justicia y que demuestra el nivel de profesionalización que están adquiriendo las redes de furtivismo en Galicia.

INVESTIGAR LAS REDES QUE COMERCIALIZAN EL MARISCO ILEGAL

Dentro de la actividad ilegal del furtivismo habría que diferencias dos niveles, el de aquellos que se llevan pequeñas cantidades para consumo propio, entre los que se encuentran los conocidos como "furtivos de bañador", y aquellos que pertenecen a redes que son capaces, no sólo de la extracción de grandes cantidades de marisco, sino también de su posterior comercialización y salida a los mercados.

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Una línea que también persigue el ERPOL "porque lo que hacemos es no sólo coger al furtivo que se encuentra en los arenales recogiendo el marisco, sino recorrer todo el camino hasta que llega al consumo humano, porque entendemos que es la única manera de mitigar el impacto de esta actividad ilegal, que no cortar, porque siempre que haya alguien dispuesto a pagarlo, habrá furtivismo".

Para lo que es fundamental acabar con el entramado que "bien a través de depuradoras, de las propias lonjas o por cualquier parte" blanquean ese marisco ilegal, sin garantías sanitarias y, como recuerda Fernando Molina, "sin pagar ningún tipo de tributo, porque no cotizan nada por su actividad", lo que afecta directamente al resto del sector marisquero "que sí lo hace".

FURTIVOS Y COMPRADORES, EN EL BANCO DE LOS ACUSADOS

Y es que, como recuerda el jefe del ERPOL, "el día que los cogimos con 584 kg de berberecho, no era para consumo propio", destacando que en esta operación de mediados de octubre "tuvimos que adaptarnos y ocultarnos porque los furtivos sabían en todo momento cuando llegábamos a la zona y que estábamos allí".

Lo que demuestra la organización de este tipo de bandas de furtivos que se pone de manifiesto tras investigaciones como la desarrollada por este mismo equipo policial en el año 2017 en la propia comarca del Barbanza, en la zona de Cabo de Cruz de la costa de Boiro, que acabó con más de 15 personas investigadas que la semana que viene se sentarán en el banquillo de los acusados.

Operación "Entrerrúas" que permitió indentificar tanto a los mariscadores furtivos como a quien, supuestamente, se encargaba de la recepción del marisco a través de una depuradora situada en su propia vivienda de Boiro. A este último se le investigó como presunto autor de un delito de receptación, otro contra la salud pública y uno más, contra el medio ambiente.