El secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, advirtió que el endurecimiento de los requisitos impuestos por la Xunta para los socorristas “condenan a las playas gallegas a ser menos seguras y prestar un servicio deficiente”. Formoso viajó este viernes hasta la playa de Doniños, en Ferrol, donde mantuvo un encuentro con los alcaldes y portavoces socialistas de la comarca para dar la voz de alarma sobre esta situación.

Le exigió a la Xunta “que rectifique ese error que puede conllevar la pérdida de vidas” por la falta de vigilancia en los arenales gallegos. Puntualizó que “las playas de Galicia siempre fueron un sitio seguro para los usuarios y los bañistas, y ahora dejan de sello porque no van a tener cobertura en cuanto al número de socorristas que requieren”.

El responsable socialista explicó que el problema deriva del aumento de los requisitos de formación de los socorristas, desde las 80 horas que se piden en Cataluña, Andalucía, Asturias, Euskadi o Valencia hasta las 420 horas. Este requisito, que la Xunta mantiene por segundo año consecutivo, expulsa a cientos de jóvenes que tienen vocación de auxilio y obliga a contratar a través de empresas privadas.

Este verano playas como la de Valdoviño, con 3,5 kilómetros de extensión, que había debido tener 33 socorristas, este verano tendrá entre 10 y 13, provocando una “situación peligrosísima que alguien en la Xunta tiene que entender y por lo tanto reaccionar”, argumentó Formoso. Le reclamó al gobierno gallego que baje los requisitos porque “nunca hubo ningún problema para que un joven o chica con vocación de servicio público pudiese ejercer”.

Puso como ejemplo el caso de las playas de la comarca de Ferrolterra, donde “todas y cada una de las playas quedan con un servicio deficiente, salvo aquellas que privatizan el servicio, que es a lo que nos aboca la Xunta con el sistema que ha implantado”.

Recordó Formoso que el socorrismo “fue una vocación personal y una práctica voacional desde hace décadas, incluso en la preautonomía, prestada a través de la Cruz Roja o de Protección Civil”. Señaló que “en realidad la formación no se obtiene con un curso, realmente uno se hace experto viviendo el mar y prestando el servicio” y alcanzando la práctica necesaria.