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Endesa asegura que las pruebas con biocombustibles hacen inviable la central térmica de As Pontes

La empresa traslada que se emitiría mercurio en valores próximos al máximo establecido y que las cenizas tendrían que ser tratadas en vertederos de residuos peligrosos

Foto de archivo de la central térmica de Endesa en As Pontes - FOTO: Mundito Carballo

Foto de archivo de la central térmica de Endesa en As Pontes - FOTO: Mundito Carballo

AS PONTES

Tiempo de lectura: 4'Actualizado 18:18

Endesa asegura que las pruebas realizadas con biocombustibles hacen inviable la continuidad de la central térmica de As Pontes. A través de un comunicado se asegura que la mezcla de biocombustibles y carbón que Endesa ha estado probando “no permiten prolongar la vida de la instalación debido a un cúmulo de razones, especialmente de carácter medioambiental”.

La compañía mantiene, por lo tanto, el proceso de cierre iniciado en diciembre de 2019.

La última opción experimentada ha sido una mezcla en masa al 50 % de carbón en dos variantes, una al 50 % Adaro, y otra al 25 % Adaro y 25 % de Kazajo, y de lodos de depuradora. Estas pruebas se han realizado bajo la supervisión del Ministerio de Transición Ecológica, la Xunta de Galicia y el Ayuntamiento de As Pontes.

“Los ensayos no han resultado satisfactorios, tanto desde un punto de vista medioambiental y técnico, como económico, lo que confirma el proceso de cierre y da paso al lanzamiento del Plan Futur-e”,

MEDIO AMBIENTE

Las pruebas ponen de manifiesto, según el informe del comité técnico de Endesa encargado del seguimiento de estos ensayos, “graves inconvenientes de carácter ambiental”. La combustión de la mezcla de carbón y lodos causa la emisión de mercurio en valores próximos al límite legal permitido.

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Según Endesa, “otra dificultad insalvable radica en el elevado incremento de la generación de cenizas, que crecen entre un 187 % y un 276 %, lo que supone producir una tonelada de cenizas por cada tres o cuatro toneladas de CO2 evitadas. Ello significa que, sólo con la operación de dos de los cuatro grupos de la central durante 3.000 horas, se acumularían cada año entre 76.000 y 106.000 toneladas de un subproducto que no sería admitido en los vertederos de residuos no peligrosos, por superar los valores límite de selenio, sulfatos y carbono orgánico disuelto, con un elevado incremento de metales y metaloides generados en la combustión”.

POTENCIA

Desde el punto de vista técnico, se asegura que “se ha verificado la pérdida de potencia de cada grupo, que de los 350 megavatios (MW) actuales bajaría a 245/260 MW, con bruscas y repentinas oscilaciones de carga de hasta 35 MW, lo que impide a la central operar en los mercados secundarios”. También se ha comprobado que el combustible causará la corrosión de los tubos de la caldera, y ello incrementa el costo de mantenimiento de la instalación. Además, la mezcla probada se degrada durante el tiempo que permanece almacenada, ocasionando una onerosa pérdida operativa y económica.

Las razones de carácter económico tampoco avalan la continuidad de la central térmica mezclando carbón con lodos de depuradora, porque el MWh generado de este modo costaría alrededor de 65 euros (similar para ambas variantes de mix de carbón), con lo que resultaría 15 euros (un 30 %) más caro que el producido en una central de ciclo combinado de gas natural. “Con este coste de operación, la térmica es inviable al quedar fuera del mercado eléctrico, en el que se prevé para 2021 un precio de 47,3 euros por MWh”. La adaptación de la instalación a la nueva situación requeriría asimismo una elevada inversión y unos altos costes fijos, con lo que la destrucción de caja estimada ascendería a 625 millones de euros en diez años de actividad de la central.

SIN AVAL DE FOSTER WHEELER

Foster Wheeler, tecnólogo que a lo largo de su historia que ha montado más de 1.600 equipos de generación de vapor, con potencia que suma 96 GW, considera “onerosa e incierta la idoneidad de la central térmica de As Pontes para consumir una mezcla de carbón y lodos”. Resolver las dificultades técnicas que señalan en un estudio elaborado a petición de Endesa exigiría, además de un gran desembolso económico, disponer de mucho tiempo para pruebas y estudios.

Indica Foster Wheeler que la central térmica de As Pontes “necesitaría disponer de un parque de homogeneización del combustible”. Advierte también que la planta sufriría una “evidente reducción de potencia” y que la presencia de metales alcalinos y cloro causaría en la caldera “escoriación, ensuciamiento y corrosión”, propiciando unos “niveles de degradación que no son aceptables” según los estándares de diseño de la empresa. Para evitar este problema se precisaría recubrir los tubos de la caldera con un producto llamado Inconel, cuyo coste es muy elevado y su aplicación sumamente compleja en una instalación ya montada, no en un taller.

En definitiva, Foster Wheeler advierte que el consumo continuo de la mezcla de carbón y lodos de depuradora “requeriría una transformación de la caldera que debería ser definida sobre la base de estudios y análisis, incluyendo campañas de prueba específicamente diseñadas para cada uno de los sistemas de molienda, combustión y performance de caldera”.

FUTURO

Según Endesa, en previsión de un resultado adverso de las pruebas, la empresa ya había avanzado en el diseño del Plan Futur-e de As Pontes, un proyecto de actuaciones para atenuar el impacto de la disminución de actividad de la central, destinado a promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo en la zona. La compañía ha subrayado que “esta propuesta se halla abierta a incluir de manera flexible nuevas iniciativas viables que puedan proponerse en adelante para conseguir el desarrollo del entorno de la central, sumando sus esfuerzos a las iniciativas y al liderazgo de las Administraciones Públicas”.

Endesa asegura que “tiene un acuerdo con la representación de los trabajadores por el cual garantiza que ningún empleado será despedido” en donde ha detallado que “parte de ese personal ya se ha acogido a un proceso voluntario de prejubilaciones o participa en un concurso de recolocaciones, de modo que la plantilla actual alcanza las 81 personas. Otros empleados se implicarán en el desmantelamiento de la instalación, una tarea que se prolongará durante cuatro años y requerirá también del apoyo de alrededor de 130 trabajadores de empresas contratistas, que a tal fin participarán en cursos de capacitación profesional organizados por Endesa”.

Vídeo

Miguel Temboury habla sobre las conclusiones de las pruebas con biocombustibles - VÍDEO: Endesa

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