En la Iglesia de los Capuchinos, en Federico Tapia (A Coruña), hay preocupación e impotencia. Se han visto obligados a cerrar cuando no hay celebraciones litúrgicas por una oleada de robos.
Fueron cuatro intrusiones durante el mes de agosto. La última, el pasado viernes. Los ladrones han destrozado varios lampadarios y causado daños de miles de euros.
El Padre Rosendo Pérez, párroco de los Capuchinos, asegura que se trata de jóvenes “enganchados a la droga”, que han visto marcharse rápidamente de la iglesia. “Van controlando desde las 10:30 hasta las 11:30-12, que no suele entrar casi nadie”, indica. Aprovechan ese momento para entrar, y además “ tienen que traer además sierras, martillos... porque todo lo destrozan”, según cuenta.
Han denunciado los hechos ante la policía hace unas semanas aunque, por el momento, ningún agente se ha personado en el templo. El párroco da por perdidos los lampadarios que han destrozado los ladrones. Han quedado inservibles y no pueden asumir el alto coste de reponerlos.