Muchos lo recordaréis, aunque ya han pasado más de dos semanas. Diego Bello era un joven coruñés de 32 años, deportista, amante del surf y socio en varios negocios de éxito en Filipinas. Era allí donde vivía y fue allí donde perdió la vida. La policía filipina lo abatía en una presunta operación antidroga. Su hermano, Bruno, lo tiene claro: a Diego "lo mataron". Y es que la policía filipina asegura que el joven coruñés sacó un arma y que lo abatieron "en defensa propia". Pero son muchos los que no se creen esa versión del gobierno. Entre ellos Bruno que afirma que su hermano "ni tenía arma, ni tenía droga ni nada de lo que dicen". Apunta a que lo que dice el gobierno filipino es para "justificar la metedura de pata que han hecho". 

Respecto a si su hermano Diego les habría trasladado su miedo o la posibilidad de que lo estuvieran extorsionando, Bruno niega la mayor. Señala que "nunca comentó que lo siguieran o que lo estuvieran extorsionando como se ha dicho". 

Su familia y amigos esperan la repatriación del cadáver, algo que podría producirse, según sus últimas informaciones, este mismo domingo. En Filipinas se le ha practicado una autopsia y esperan que aquí en España se le practique otra que arroje un poco de luz sobre las circunstancias reales de su muerte. Porque para Diego, su familia pide "justicia" y "que su nombre quedé como estaba antes como un chaval sano y deportista". "Que se resarza el honor que se pretende mancillar", añade su tío, Francisco Lafuente.