La horrible temporada del Deportivo ha provocado que haya tenido que jugar varias 'finales' en lo que llevamos de competición. Los malos resultados provocan que el margen de error se reduzca tanto que cada jornada se convierte en vital y cada partido es decisivo. Por ello, el término 'final' ya ha sido utilizado en varias ocasiones. Afortunadamente, la mayoría de ese tipo de encuentros han termino con triunfo blanquiazul.

El partido contra el Pontevedra en Riazor fue calificado como uno de los más importantes de la historia reciente. Perder suponía caer a la zona de un primer descenso y tener que pelear en la segunda fase por no seguir bajando otra categoría. Quedaban tres jornadas para el final y el Dépor, no sin sufrimiento, ganó 1-0.

El domingo siguiente tocaba visitar al Celta B. Vencer era mantener viva la llama del ascenso, llegar con opciones al último encuentro. 0-3 en la mejor actuación del curso.

En la última jornada, el Dépor tenía que ganar al Zamora en Riazor y esperar. La mala temporada pasaba factura y no dependía de sí mismo. Los de Rubén de la Barrera hicieron los deberes (2-0) pero el filial celeste y Unionistas también hicieron los suyos y los coruñeses se quedaron fuera de los tres primeros, obligados a lucha por la salvación.

La última de esas 'finales' se vivió ante el Numancia. Tras perder en Langreo, el Dépor llegaba con sólo un punto de ventaja sobre los sorianos. Caer suponía salir de los dos primeros puestos a falta de tres partidos. 2-1 y se mantuvo primero.

El único partido que se vivió como decisivo y donde el Dépor perdió fue en A Malata contra el Racing. Después del 1-0, Rubén de la Barrera reconoció que las opciones de ascenso se habían reducido al mínimo y que, posiblemente, habían desperdiciado la última bala. Luego enlazaron tres victorias seguidas pero no les llegó.

La otra cara de la moneda son los partidos sin tanta teórica trascendencia. Langreo, Luanco y tantos otros vieron la peor cara de un Deportivo que afronta las dos últimas jornadas con los deberes por hacer y sin cerrar la salvación. La certifica si gana al Langreo en Riazor, duelo en el que será baja Keko, y el Numancia no lo hace en A Malata. Si los sorianos sacan los tres puntos, a sufrir hasta el final.