21 partidos han tenido que pasar para que el Deportivo lograse un gol de cabeza en una jugada de estrategia. El equipo apenas ha sacado rendimiento a este tipo de acciones en lo que llevamos de temporada. El único tanto fue un córner sacado por Keko, un pase raso hacia atrás que terminó con un disparo de Héctor que se coló por la escuadra. Fue en el campo de Unionistas en la tercera jornada de liga, una jugada que dio los tres puntos a los blanquiazules.

Cuando se inició la competición, cuando se soñaba con el ascenso, se pensaba en un Dépor dominador en el juego y en un Dépor que tendría que sacar réditos del balón parado. Sobre el papel, había futbolistas con buen pie capaces de poner centros certeros y compañeros con un excelente juego aéreo para mandar el balón a la red. Pues no. Ningún gol de cabeza, pero es que casi ni opciones de marcar. Sólo Granero ante el Coruxo en O Vao mandó un balón al palo tras rematar un saque de esquina. El resto, poco o casi nada de peligro.

Rubén de la Barrera y su cuerpo técnico decidieron variar la forma de sacar las estrategias. En vez de centrar directamente, un par de pases cortos antes para provocar que la defensa rival se desordene al salir. Así fue el gol de Borges. El córner se saca en corto y termina con un centro de Lara desde el pico del área, llega el tico y bate al portero del Numancia. Un partido equilibrado, en el que el Deportivo no estaba teniendo ocasiones claras, se desequilibra en una acción a balón parado.

En el otro área, los blanquiazules tampoco ha sufrido demasiado. Todo lo mal que lo han hecho en el plano ofensivo lo han contrarrestado en el defensivo, donde se han hecho fuertes y no les han marcado ningún gol en ese tipo de jugadas.