La Asociación Vencejos de Extremadura ha alertado que, al menos 24 de los nidales que se han colocado en la muralla de Cáceres, concretamente en la zona del lienzo de San Roque, están al alcance de los gatos, por lo que supone un "grave peligro" para los vencejos en caso de que acaben ocupándolos.

La organización recuerda que los vencejos del Baluarte de los Pozos, por segundo año consecutivo, "no van a poder criar en su colonia original", ya que en la temporada del 2020 se la encontraron cubierta de redes por las obras de restauración de esta zona de la muralla cacereña, y este año se han encontrado sus nidos "definitivamente tapados".

"Cada atardecer se puede contemplar el triste espectáculo de los vencejos empeñados en entrar en los puntos en los que se localizaban sus nidos", asegura la asociación, que denuncia además que los que se han colocado para que aniden no están a la altura adecuada.

De esta circunstancia se ha informado a delegación de SEO/Birdlife en Extremadura que "se ha mostrado igualmente muy preocupada por la situación" y a técnicos del Servicio de Conservación de la Naturaleza y Áreas Protegidas de la Junta de Extremadura.

El presidente de la Asociación Vencejos de Extremadura, Jesús Solana, ha recordado en nota de prensa que en julio de 2019, en pleno periodo reproductivo de la colonia de vencejos, las obras de restauración de la muralla tuvieron que ser paralizadas por carecer de la autorización medioambiental preceptiva. Ello supuso un retraso de unos tres meses, con un coste de al menos 70.000 euros, según manifestaciones a la prensa del concejal de Patrimonio, José Ramón Bello.

Los responsables de la obra rechazaron la recomendación que dio el Servicio de Conservación de la Naturaleza, de contar con una asistencia medioambiental durante los trabajos de restauración para prevenir situaciones como la que ahora se presenta, recoge la nota.

La autorización ambiental otorgada en octubre de 2019 por el director general de Sostenibilidad establecía el mantenimiento de un mínimo de entre 5 y 10 de los nidos originales en la Torre de los Pozos.

Esa autorización también obligaba a la instalación de un mínimo de 150 nidales, con unas dimensiones mínimas establecidas, en distintas partes de la obra y establecía que antes del inicio de las obras, debía tener lugar una reunión entre técnicos de la obra y del Servicio de Conservación de la Naturaleza para concretar detalles como localización de los nidos que se debían conservar, etc. "Dicha reunión nunca se produjo", asegura la asociación.

Cuando la obra ya llevaba unos cuatro meses, se produjo una reunión entre responsables de la obra y del Servicio de Conservación de la Naturaleza y Áreas Protegidas. "De lo tratado en ella, nuestra Asociación, reconocida como parte interesada en el procedimiento ambiental abierto no fue informada hasta cinco meses después y a fuerza de solicitarlo en reiteradas ocasiones", segura Solana.

Entonces se supo que no se iba a mantener ningún nido original en el Baluarte de los Pozos y que el número de nidales para vencejos se reducía de 150 a 145 y se aceptaron dos modelos de nidal de medidas muy pequeñas. "En uno de ellos, el diseño es totalmente inadecuado (serían 20 nidales) y en el otro modelo, en caso de ocupación, podría verse afectado el éxito reproductivo de las aves por sus pequeñas dimensiones", ha subrayado la asociación.

EL PAPEL DE LA CONSEJERÍA DE TRANSICIÓN ECOLÓGICA

Asimismo, la asociación ha criticado que durante el verano de 2019, tras la paralización inicial y antes de la emisión de la Autorización Ambiental (octubre de 2019), se estuvieron produciendo actividades de obra (instalación de andamios, demoliciones, etc...) en distintas partes de la muralla "sin que se hayan producido actuaciones de las autoridades medioambientales de la Junta de Extremadura para impedirlo".

La Asociación Vencejos de Extremadura presentó un recurso de alzada ante la Consejera de Transición Ecológica contra dicha Autorización Ambiental por considerarla "ambigua e insuficientemente motivada" pero finalmente se decidió quitar los nidos e instalar unos nuevos en otros lugares, lo que, a juicio de la organización ha propiciado "un perjuicio" para una colonia de 50 parejas de vencejos que anidan en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) como es el casco antiguo de Cáceres.