El responsable de Emergencias de Cruz Roja en la región, Víctor Domínguez, ha explicado que del pasado viernes, fecha del inicio de la feria, hasta ayer por la noche se atendieron una docena de incidencias, cuando lo habitual era superar las 80 intervenciones.

La ausencia de casetas de música, donde se atienden buena parte de las incidencias, y los controles de aforo en el recinto ferial, así como las distintas restricciones en los conciertos explican estas cifras, aunque también ha influido el mal tiempo, que tradicionalmente resta público.

Otro hecho clave ha sido la prohibición de realizar botellones tanto en las instalaciones de Caya como en el resto de la ciudad, y no en vano no se ha atendido ningún caso de intoxicación por alcohol durante los tres últimos días.

Del total de incidencias, 10 se produjeron en la noche del sábado (cuando en una feria sin restricciones durante una jornada de sábado se pueden producir más de 50 incidentes), dos el viernes y ninguna ayer. Las incidencias atendidas han sido a su vez de carácter leve, sin tener que lamentarse sucesos de importancia. De esta forma, se atendieron tres heridas accidentales, dos esguinces y otros tantos síncopes, una enfermedad común, una crisis de ansiedad, un traumatismo, una picadura y una quemadura.

Domínguez ha explicado que Cruz Roja mantiene un dispositivo similar al de años anteriores pese a que se previese una feria más tranquila. La Feria de San Juan de Badajoz es la primera de grandes dimensiones que regresa a la comunidad extremeña tras los momentos más difíciles de la pandemia.