Desde que el gobierno hiciera obligatorio el uso de mascarillas, tanto en la vía pública como en recintos cerrados cuando no es posible mantener la distancia de seguridad, las familias deben incorporar un gasto fijo a sus economías. Hace semanas que el abastecimiento no es un problema pudiendo adquirirlas en farmacias a un precio máximo de 0'96 euros fijado por el Gobierno, si bien, desde hace díaspodemos encontrarlas en supermercados por menor importe en paquetes de 10 y 50 unidades con precios que oscilan entre lo 60 y los 80 céntimos.

Aunque puedan parecer cantidades pequeñas y asequibles, la necesidad de su uso diario y su no reutilización suponen a lo largo del mes una cantidad considerable de dinero.

Las mascarillas deben ser usadas adecuadamente y tienen una vida muy corta. Según señalan los expertos, las desechables de tipo quirúrgico deben ser repuestas después de 4 horas, por lo que para un uso cotidiano, serían necesarias al menos dos al día por persona. Si las adquirimos al menor precio posible de 0,60 euros la unidad, la operación es sencilla: 1,20 euros por 30 días, suponen 36 euros mensuales por cada miembro de la unidad familiar. Adquiridas en farmacia a 0,96 euros, el gasto ascendería a 57,6 euros al mes.

El uso diario de las mascarillas más económicas supondrá un gasto mínimo de 36 euros por persona y día.

Estamos hablando de las mascarillas más básicas y económicas. Si alguien necesitase una protección superior, debería optar por las filtrantes (FFP) que tienen una durabilidad mayor, en torno a las 8 horas, pero con un precio que oscila entre los 3 y los 7 euros.

Si bien los menores de 6 años están exentos de su uso, una familia tipo de 4 miembros deberá preparar aproximadamente unos 200 euros de gasto extra para dedicarlos a su protección con mascarillas frente al Covid 19. Lógicamente, esas cantidades se disparan en el caso de familias numerosas.

Esta situación ha alertado a la OCU que ha reclamado al Ministerio de Consumo que se fijen precios máximos para todas las categorías de mascarillas, no solo para las quirúrgicas, y plantea la necesidad de algún tipo de ayuda para su adquisición dirigida a los usuarios económicamente más vulnerables.