El Papa Francisco, a través de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, ha concedido un Año Jubilar en honor a San Francisco de Borja por el 350 aniversario de la canonización del santo, que se cumple en 2021, y el 450 aniversario de su muerte, que se celebrará en 2022,.

El “Año Jubilar de San Francisco de Borja”, fue solicitado por el propio Arzobispo a petición de los padres Jesuitas de Valencia, el Abad de la Insigne Colegiata de Gandía, los párrocos de la parroquia de Santa Cruz de Llombai y de la Natividad de Nuestra Señora de Turís y de las parroquias de la Archidiócesis de Valencia cuyo titular es San Francisco de Borja (en la ciudad de Valencia, en Gandía y en Vall de Gallinera-Carroja).

La finalidad de este Año Jubilar, que se desarrollará entre el 3 de octubre del año 2021 (año en que se cumple el 350 aniversario de la canonización del santo) y el 3 de octubre del año 2022 (año en que se celebra el 450 aniversario de su muerte) es “intensificar el conocimiento y la devoción a san Francisco de Borja.”

El Arzobispo de Valencia ha agradecido a Dios y a la Santa Sede esta concesión, que solicitó en una carta en la que destacaba en particular, que la finalidad que se persigue es “intensificar el conocimiento y devoción de la figura excepcional de San Francisco de Borja, fiel hijo y seguidor de San Ignacio, segundo General de la recién fundada Compañía, sacerdote, laico presente y activo en la vida pública pues, además de duque de Gandía marqués de Llombay, fue consejero de Carlos V, Virrey de Cataluña, tuvo que ver con la célebre batalla de Lepanto -decisiva para la Europa cristiana y para la Iglesia-, fue amigo de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de Ávila, entre otros santos, y padre ejemplar de ocho hijos en su vida de matrimonio”.

Igualmente, el Cardenal añade que “además de su santidad, San Francisco de Borja presenta unos rasgos para el momento presente de una gran luz y actualidad, y ofrece un ejemplo de santidad heroica para los tiempos que corremos. Abrió las puertas de la Compañía a los judíos, moriscos e indígenas, algo inaudito por entonces; obras cumbres suyas como General de la Compañía fueron la educación de la juventud, la promoción de las misiones y de la predicación, que influyó mucho, por ejemplo, en el dominico Fray Luis de Granada; puso todo su afán en el Colegio Romano y en las misiones americanas; modelo, pues, como fiel cristiano laico en la vida pública, y como esposo y padre, santo sacerdote y jesuita, renovador de la Iglesia y protagonista de lo que hoy denominamos 'nueva evangelización' en aquellos momentos suyos”.

El Arzobispo de Valencia en dicha carta solicitaba, por tanto, un Año Jubilar de San Francisco de Borja y “que se pudiesen obtener las gracias jubilares en la Insigne Colegiata de Gandía, en las iglesias que pertenecen o han pertenecido a la Compañía de Jesús en la Archidiócesis de Valencia, en la parroquia de Santa Cruz de Llombai, en la parroquia de la Natividad de Nuestra Señora de Turís y en las otras parroquias de la Archidiócesis de Valencia cuyo titular es San Francisco de Borja”.