La Fundación Centro de Estudios Blasco Ibáñez amenazó hace semanas al ayuntamiento con llevarse a Madrid parte del legado del escritor valenciano. Y es que para la Fundación del escritor, una pequeña parte pertenece al ente privado, y entorno al 90% de los fondos fue cedido por la nieta de Blasco Ibañez al ayuntamiento aunque sostiene que despues se retracto y el último convenio ifirmado en 2012 se firmaba como muestra de buena voluntad, pero que en 2017 haria falta un nuevo convenio.

La Fundación pidió al consistorio la devolucion del legado que tiene en su poder, en virtud de ese convenio, y ahi venia el escollo. El aytuntamiento de València entendia que esa cesión era irrevocable.

Ahora parece que las partes han acercado posiciones y tanto el propio alcalde de Valencia, Joan Ribó que ha expresado siempre que para los valencianos es irrenunciable el legado de Blasco, asi como el director de la Fundación Ignacio Soler, coinciden en señalar que estan más cerca de encontrar una solución y que pasaría por suscribir un nuevo convenio descartando de este modo la via judicial y garantizando que la obra del escritor más universal de València se quedara en su ciudad natal. 

El legado del autor de obras famosas como Sangre y arena o Los cuatro jinetes del Apocalipsis, nacido en Valencia en 1867, se compone de decenas de cartas personales, fotografías, cuadernos de notas manuscritas, documentos y abundantes fondos bibliográficos. Aunque no es el único patrimonio documental de Blasco Ibáñez, que se reparte también por la Biblioteca Valenciana, la Biblioteca Nacional o la de la ciudad francesa de Menton, donde el prolífico escritor se exilió a principios de los años veinte y murió en 1928.