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La crisis del coronavirus vista por un valenciano en París

Nacho Llácer nos cuenta, desde su confinamiento, cómo afronta Francia la lucha contra el coronavirus

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Carles Villeta

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 03 abr 2020

En nuestro recorrido por diferentes ciudades del mundo para descubrir, a través de los testimonios de valencianos que viven fuera, cómo se está viviendo la lucha contra la pademia del coronavirus Covid-19, hoy fijamos nuestra atención en París. En la localidad de Montreuil a 10 kilómetros del centro de la capital francesa reside, desde hace 20 años, Nacho Llácer dirigiendo un equipo de gestión de fondos de inversión en una entidad financiera.

En nuestra conversación con Nacho, nos explica que han contado con la referencia de lo que estaba ocurriendo en Italia y España, pero que, pese a ello, han padecido prácticamente los mismos problemas de desabastecimiento de equipos y saturación de centros hospitalarios.

En Francia el confinamiento se inició el martes 17 de marzo, y al igual que en España, en un principio no se fue todo lo riguroso que la ocasión requería (recordemos los desplazamientos a segundas residencias). En Francia se puso en marcha un documento descargable diario en el que simplemente se debían señalar los motivos de la salida de casa, lo que provocó innumerables desplazamientos innecesarios. En su caso particular, la empresa para la que trabaja Nacho se adelantó una semana al decreto enviando a la mitad de trabajadores a sus domicilios para teletrabajar y evitar un contagio general en el centro de trabajo. Una semana más tarde del decreto oficial de confinamiento Nacho tuvo que desplazarse a París por trabajo y se sorprendió de la cantidad de gente que encontró en la capital. Atribuye esta desobediencia al carácter de los franceses poco dados a recibir órdenes: “Bueno, el francés es un poco 'revolucionario', no les gusta, por regla general, que les digan lo que tienen que hacer ni que les manden demasiado. Me tocó una semana ir al trabajo a París y, efectivamente, me sorprendió la cantidad de gente que había todavía por la calle. Ahora mucho menos porque se han vuelto más estrictos y con controles más generalizados de la policía para ver por qué razón sales de casa y si llevas tu certificado; las multas son ahora un poco más severas”.

El documento en cuestión, ahora apenas recoge casos, salvo los conocidos aquí en España: trabajadores esenciales, hacer la compra para uno mismo o a familiares enfermos o mayores, acudir al médico, etc. Y aunque se ha suprimido la posibilidad de salir a hacer deporte, se permite salir durante una hora al día sin alejarse más de 1 kilómetro del domicilio.

Como curiosidad, en los primeros días también arrasaron en los supermercados con el papel higiénico por imitación de lo que vieron de España, pero duró poco. Ahora, con el paso del tiempo si que se ven carencias de algunos productos que está siendo difícil de conseguir. La pasta, el arroz, el tomate frito y la harina, por ejemplo, han desaparecido.

La cuestión sanitaria está replicando lo que se vive en nuestro país. La sensación es que no se ha actuado con diligencia y previsión, y pese al aviso de lo que venía de los países vecinos, se están padeciendo los mismos males“...como en España, hay falta de muchas cosas y sobre todo mascarillas. Hay falta también de batas, de gafas de protección, guantes también faltan... Un poco de todo, pero desde hace unos días el tema empieza a solucionarse porque hay un puente aéreo con china y están suministrando al país con máscaras llegadas de China

La carencia de respiradores también está suponiendo un problema grave en el país galo que ha optado por involucrar a la industria automovilística francesa en la fabricación de estos aparatos vitales para salvar vidas. Según relata Nacho Llácer, una de las principales preocupaciones en el país vecino es la saturación de los hospitales. Al contrario que en España, no se están intentando realizar tantos test, excepto a los casos graves para confirmar, pero se ha dispuesto un buen número de teléfonos a los que llamar en caso de presentar síntomas: “...y el consejo general si se padecen síntomas no graves es el de aislarse y permanecer en casa. A menos que te estés ahogando, por así decirlo, te quedas en tu casa”.

También se ha optado por reforzar al personal sanitario con estudiantes de medicina y enfermería que estén finalizando su formación. Como en Francia, el recorrido del contagio se está produciendo de norte a sur, para “desatascar” la acumulación de pacientes en algunos hospitales se está procediendo al traslado hacia hospitales de ciudades del sur con menor número de contagios. También Alemania, con mucha menos saturación, está colaborando con Francia, aceptando que sean enviados algunos de estos pacientes a sus hospitales con menos carga de trabajo.

En opinión de Nacho, tanto Francia como España están llevando caminos similares en la gestión de la crisis. En primer lugar por el lastre que está suponiendo en ambos países la poca inversión en sanidad de los últimos años; en segundo, por la percepción del problema que tuvo la población en los primeros días (con escapadas a residencias en el caso de España, y con poca obediencia en el caso de Francia).

Al menos, tanto en uno como en otro se tiene una percepción real del problema y una idea clara de la solución, que pasa por dotar de los mejores medios posibles a nuestros sanitarios mientras el resto... nos quedamos en casa.

Nuestro siguiente vistazo a esta crisis fuera de nuestras fronteras será a Jordania. A través de Paula Navarro conoceremos un país lleno de contrastes que también los ofrece a la hora de afrontar la lucha contra el coronavirus.

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